"Le he dado muchas horas a la Enfermería pero no lo cambiaría"

M.E
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Jubilada desde finales del año pasado, Sonsoles Olmedo, la Enfermera del Año 2021 repasa una trayectoria profesional de casi medio siglo repartida entre la asistencia y la gestión y que inició estrenando el Hospital de Ávila

"Le he dado muchas horas a la Enfermería pero no lo cambiaría" - Foto: Isabel García

NO iba para enfermera, pero la convocatoria de las primeras 15 plazas en la escuela de Enfermería de Ávila ligada al antiguo Insalud, hace casi medio siglo, se cruzó en su camino y la abulense Sonsoles Olmedo le acabó dando 46 años a una profesión que le enamoró. Ahora, recién jubilada, repasa una intensa trayectoria vital y profesional en la que, además de su amor por la enfermería, sobresale su pasión por Ávila, su ciudad y la de su gran familia. Todavía no sabe a qué dedicará su tiempo, pero tiene claro que, aunque viajar más sea uno de sus propósitos, se quedará en Ávila.

Sonsoles Olmedo se crió con siete hermanos, estudió en las teresianas y cuando estaba empezando COU salieron las primeras plazas para cursar enfermería en Ávila, en una escuela vinculada entonces al hospital. Ella quería hacer psicología pero probó suerte, hizo el examen de selección y la cogieron, así que aparcó el COU (lo retomaría después) y formó parte de esa primera promoción. «Empezamos a trabajar con las prácticas en lo que antes era el hospital y ahora es el centro de salud Ávila Estación y también bajábamos al Provincial», nos cuenta sobre sus inicios. Al acabar los tres años de estudios abrieron el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila y fue una de las personas que lo estrenó. «Se convocaron 50 plazas y nos presentamos cinco o seis nada más, luego empezó a venir gente de fuera y se fue completando la plantilla. Las dos primeras intervenciones que se hicieron en el hospital las instrumentalicé yo, que era lo que hacíamos entonces las enfermeras; la primera fue una apendicitis que se hizo el 5 de febrero del 76, quizás», cuenta quien ha visto evolucionar el hospital en estos ya casi 50 años desde prácticamente de cero. 

Desde entonces trabajó en distintas áreas, en la asistencia primero y la gestión después, pero siempre en el hospital abulense. «Empecé trabajando en el quirófano, que no tenía ni idea porque en la escuela habíamos visto muy poquito y tuve que estudiar muchísimo, aunque siempre había cirujanos que te iban diciendo y también las montadoras de una empresa que se dedicaba a equipar hospitales. Luego estuve en una planta de medicina interna y pasé a ser supervisora de quirófano, hasta que tuve mi primer hijo y me bajé a consultas, donde también estuve de supervisora. Después ya empecé en gestión, como supervisora de área, subdirectora y directora de enfermería, cargo en el que estuve 15 años», repasa. 

¿Y qué te ha gustado más?, le preguntamos. «Hombre es más bonito lo asistencial, pero yo reconozco que he estado muy a gusto en la gestión. Las enfermeras tenemos que mentalizarnos de que los puestos de gestión son importantes porque somos las que mejor conocemos nuestra profesión, sobre todo después de haber pasado por lo asistencial, para saber cómo se trabaja y qué deficiencias y virtudes hay para luego poderlo valorar todo», nos cuenta.

En la gestión su reto era «que los profesionales trabajaran en las mejores condiciones posibles y se diera la mayor calidad a los ciudadanos de enfermería». Sonsoles Olmedo llevaba a enfermeros, auxiliares, técnicos, matronas y fisios (todo menos médicos, celadores y administrativos), lo que supone unas 800 personas, mil en épocas de verano. «Pocas empresas han gestionado aquí tanto personal, pero yo me apoyaba en un buen equipo de supervisoras y subdirectoras», destaca, no sin dejar de reconocer que también hubo «sinsabores» porque «es muy difícil agradar a todo ese volumen de gente». En conjunto asegura estar «satisfecha. Creo que lo he hecho con honradez y pensando no en mí, sino en los profesionales» así que «mi bagaje, con sus fallos lógicamente, creo que ha sido bueno».

En este marco, no se arrepiente ni de aquella primera elección de ser enfermera ni de su trayectoria, coronada con el Premio de Enfermera del Año de 2021. «Al final ha sido el mejor acierto que pude tener en mi vida porque soy una enamorada de mi profesión, me apasiona, algo que se dio con el ejercicio. Le he dado muchas horas, años, pero fui muy feliz y no la cambiaría por nada». 

 

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