Vuelta a lo cotidiano

B.M
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El Hoyo de Pinares intenta regresar a la normalidad pero lo hace con menos vecinos de los habituales en esta fechas, esperando ver todoslos daños ambientales (ya se sabe que hay 6 de las 12 rutas de senderismo afectadas) y a la espera de tener agua

Vuelta a lo cotidiano - Foto: David Castro

A veces se quiere escapar de lo cotidiano pero, cuando suceden cosas como lo vivido en los últimos días por los vecinos de El Hoyo de Pinares con el incendio, más que escapar se quiere vivir en la normalidad. Y aunque ya se empezaron a ver signos de esa cotidianidad, con la piscina abierta y los bares preparándose, aun queda camino por recorrer. Y pasa principalmente por ver los daños ambientales y recuperar el suministro de agua potable, lo que no sucederá al menos en siete días.

De momento, paseando en la mañana de ayer por la localidad, se notaba que aún faltaba algo de su vida habitual, de gente por las calles y negocios abiertos, aunque es de esperar que poco a poco vayan volviendo a la vida. En todo caso el primer indicador es que de las los 2.000 habitantes del municipio (4.000 en verano) han regresado a la localidad un millar tras todo lo sucedido. Para ellos sí que está abierto el consultorio o el Ayuntamiento para quejas o sugerencias, dijo el alcalde hoyanco, David Beltrán.

De los días pasados los representantes institucionales destacaron la sensatez, tranquilidad y el comportamiento que habían tenido los vecinos de El Hoyo de Pinares en la evacuación, con su traslado principal a Las Navas del Marqués, y también con la vuelta. Se refirió también Beltrán al trabajo de la corporación municipal y los empleados del Ayuntamiento hoyanco.

Tras todo lo pasado llega la «alegría de que los vecinos hayan vuelto a sus casas» porque «abandonar tu tierra y tu casa y no saber lo que va a pasar por primera vez en tu vida es duro psicológicamente, pero han visto que está su casa, que están sus vienes materiales principales en orden, se les está cuidando y atendiendo por las instituciones y eso es una satisfacción enorme».

Ahora queda «mirar al  futuro con esperanza y trabajar en el plan de reactivación». Para ello hay que ser conscientes de la situación actual y, aunque hay zonas en las que todavía no es posible acceder por el peligro que supone, algunos daños son más que visibles.

Explica el alcalde que hay zonas emblemáticas del municipio afectadas como El Batán, un merendero, las rutas del senderismo... y esto sucede en «un patrimonio con un valor ecológico muy alto porque es uno de los escasos núcleos de Castilla yLeón y España donde hay masas arbóreas de bosques densos de pinos piñoneros», lo que quiere decir que «es un valor ecológico incalculable que se ha perdido y que habrá que reforestar».

Entre los daños se encuentra uno muy específico y es el que han sufrido las rutas de senderismo de la localidad, una de las apuestas claras del Ayuntamiento. A falta de concretar todos los daños, la mitad de las rutas (seis de doce) se han visto afectadas. En el propio El Batán se podía ver que hay daños en las de 'Mina Ceferina', 'Los Molinos' y la del 'Agua'. En esta última se encuentra, por ejemplo, completamente quemada la pasarela accesible que se ha perdido por las llamas. Se ha eliminado la ruta del 'Cerro' y también hay daños en la del 'Castrejón' y 'Bandolero'.

problema del agua. Pero más allá de todo esto, el problema más inmediato es el de la falta de agua potable por lo que ya ha comenzado el suministro a los vecinos, principalmente de la mano de la Diputación.

Explica David Beltrán que tienen «un problema con los equipos de ozono de la potabilizadora que nos ha obligado a suministrar agua para el consumo humano a la población», un suministro que asegura que se mantendrá el tiempo necesario. Además de la que ya llevó la institución provincial, con dos trailer y 80 palés de agua, también han llegado aportaciones de los ayuntamientos de la zona y «gente que suministra agua de forma altruista».

Se espera que los análisis del agua se conozcan el lunes, pero no hay una fecha concreta para que vuelva el servicio, aunque por lo menos serán siete días. 

El propio presidente de la Diputación, Carlos García, reconoció la preocupación por la potabilizadora pero garantizó el suministro de agua.