La mina pide justicia una década después

SPC
-

El juicio por la muerte de los seis mineros en octubre de 2013 en el pozo Emilio del Valle (León) arranca tras varios retrasos: «Un perdón ya no sirve, tenían los medios para evitarlo»

La mina pide justicia una década después - Foto: Ical

Casi una década después de que un escape de grisú en el pozo Emilio del Valle (León) se llevará por delante la vida de seis mineros, el macrojuicio contra las 16 acusados arrancó ayer entre mensaje de rabia e impotencia de los familiares de las víctimas. «A estas horas el perdón ya no sirve, fue una gravísima negligencia porque tenían todos los medios para haberlo evitado pero lo que fallaron fueron las personas, aunque ellos solo dicen que ellos no fueron y solo les falta decir que la culpa la tienen los que se fueron para allá», aseguró a las puertas del juzgado de León el padre de Manuel Moure, uno de los fallecidos en el último gran siniestro minero de la historia de España. Los dieciséis acusados son directivos, ingenieros y vigilantes de la Hullera Vasco Leonesa y para cada uno de ellos la Fiscalía pide una pena de tres años y medio de cárcel por un delito de homicidio imprudente. Además, la Fiscalía acusa a la propia sociedad como responsable civil subsidiaria y a la compañía aseguradora HDI como responsable civil directa y solidaria, y les reclama indemnizaciones que superan los dos millones.

La vista había sido suspendida hace casi dos años, el 5 de abril de 2021, después de que varios abogados tanto de las acusaciones como de las defensas así lo reclamaran hasta dilucidar si los ingenieros y técnicos acusados contaban con pólizas de seguros individuales que cubrieran su responsabilidad civil. Por eso mismo, casi diez años después de aquel trágico día, las familias celebran cautelosos «que por fin empiece el proceso», con la esperanza de que «se haga justicia», aunque convencidos de que los acusados «dirán que no tuvieron la culpa».

Intento de aplazamiento

Ante el amago de un letrado de la defensa de pedir al aplazamiento del juicio hasta que el administrador concursal de la empresa envíe el acta del 30 de abril de 2009, que da cuenta de la organización jerárquica de la compañía, la jueza puntualizó que ya ha informado de que ha facilitado toda la documentación de la que dispone. Mientras, Unas familias a las que el perdón «ya no les sirve», puede que quizá sí en un primer momento, si la empresa hubiera dicho en un principio «lo sentimos por lo ocurrido, que decida la justicia». Sin embargo, eso no ocurrió por parte de una cúpula a la que «solo le falta decir que la culpa la tienen los que se fueron para allá». «No avisaron siquiera a los padres. Un cuñado mío también llamó pero le dijeron lo mismo, que colgara. Eso no son maneras de enterarte de que tu hijo se ha quedado ahí dentro», contó entre sollozos Toñita, madre de Moure, para quien «lo que hizo la HVL no tiene perdón de Dios».