"Nos da igual la fecha, lo que queremos es que vengan todos"

M.E
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Javier y Tamara se casaban en Maello el 18 de abril, pero el estado de alarma se cruzó en su camino. Han pospuesto la boda para octubre y, tras superar el disgusto inicial, ya solo piensan en celebrarlo con sus cerca de 300 invitados

"Nos da igual la fecha, lo que queremos es que vengan todos"

Lo tenían todo preparado y prometía ser un fiestón. La iglesia, el restaurante, los trajes, el fotógrafo, la animación para los niños, la luna de miel de ensueño en un safari en África.... hasta que el dichoso coronavirus se cruzó en su camino para hacer saltar los ilusionantes planes por los aires. Javier y Tamara se casaban el 18 de abril en Maello y sus hijos, de 3 y 5 años, iban a llevar las arras, la boda soñada para esta pareja abulense que desde el mes de diciembre llevaba preparando todos los detalles para que la celebración, a la que estaban llamadas casi 300 personas, saliera redonda en lo que iba a ser un día inolvidable. Pero llegó el estado de alarma y, a prácticamente un mes de la fecha del enlace, los dos supieron que no iba a poder ser. «No dijimos nada, pero desde el primer momento sabíamos que lo teníamos que suspender», explican Javier y Tamara desde su casa de Maello. Se les nota con buen ánimo, aunque reconocen que lo pasaron mal. «Mucha gente me escribía, me llamaba y me preguntaba que qué íbamos a hacer;también me daban ánimos, me decían venga no te preocupes, que te acompañaremos cuando sea», explica Tamara, quien confiesa que, aunque agradecía el apoyo, a veces se venía abajo. «Estuve una semana que me disgusté bastante», señala.

«Te pones triste, después de que lo haces con toda la ilusión, lo tienes todo preparado, ves que se acerca la fecha y que no lo vas a poder celebrar....», añade Javier, quien matiza que el hecho de tener en casa a los niños les está ayudando a «no tener mucho tiempo para pensar en ello». No hemos dicho todavía que él es el alcalde de Maello, con lo que en estos días, además de atender a la ganadería, también trabaja para intentar que el virus no entre en el pueblo, algo que al menos hasta mediados de esta semana se había conseguido.