La fuente de procedencia de los alimentos, en su mayoría, son las subvenciones de la Unión Europea, a través del programa del Fondo Europeo de ayuda a los desfavorecidos (FEAD), también de entradas del FEGA (Frutas y hortalizas), así como Campañas del propio Banco de alimentos, el Intercambio con otros y las donaciones de particulares e iniciativas privadas.

Algunas de las empresas que ayudan a mantener cubierto el salgo del Banco de alimentos de Ávila son los supermercados como Mercadona, Aldi o lidl, y empresas locales como Yemas de Santa Teresa, El Gorriaga, Alta Moraña o Distribuciones Abad. En cuanto a las entidades, destaca la presencia del Ayuntamiento de Ávila, de la Diputación, Fundación La Caixa, Corn For, Reina Sofía, Fesbal y la Junta de Castilla y León.

Entidades. En cuanto a los 308.904 kilos que se han distribuido de productos no perecederos por parte de las entidades en 2021, la primera posición la ocupan los ayuntamientos con un total de 138.484 kilos, seguidos de las asociaciones asistenciales con 92.241, las instituciones religiosas con 46.171 kilos, los bancos de alimentos con 21.262 y, por último, Cáritas aportando 10.746 kilos. Por su parte, las entidades de frutas y verduras han distribuido un total de 144.451 kilos de productos perecederos. En conjunto, las aportaciones de kilos distribuidos alcanzan una cifra de 453.355 totales.

El año 2021, comenzó con un saldo negativo, originado por una cantidad de kilos enviados, que superaba a los recibidos, que rondaban los 10.000 mil. Esta situación mejoró en febrero con una mayor cifra de kilos recibidos que superaba los enviados, por lo que el saldo, aunque bajo, se mantuvo positivo. Con cifras menores, pero con la misma dinámica que en febrero, marzo también contó con un saldo positivo, que decayó en abril, en donde los kilos enviados superaron los recibidos. En el mes de mayo la situación mejoró manteniéndose un poco por encima la cifra de kilos recibidos, respecto a los enviados, lo que ocasionó un ligero saldo positivo, que quedo a cero en junio, mes en el que se produjo un equilibrio entre los kilos recibidos y los enviados. La situación mejoró en julio, pero no duró mucho, ya que en agosto la cantidad tanto de kilos recibidos como enviados mantuvo su cifra más baja, para luego volver a subir en septiembre. Octubre fue el mes en el que más kilos recibieron y distribuyeron, originando un saldo negativo, el mayor hasta el momento. Se recuperó en noviembre, con cifras más equilibradas que se redujeron en diciembre, finalizando el año con un saldo negativo.

Productos. Como explicación a los saldos negativos en algunos de los meses de 2021, así como sus bajos saldos positivos en el resto, se atiende a los 441.776 kilos recibidos frente a los 453.355 kilos enviados. Los productos más demandados han sido los aceites y las grasas, produciendo una diferencia notable entre los 11.911 kilos enviados frente a la reserva de 4.718 kilos recibidos. Algo parecido ocurre con la fruta fresca que, de 110.933 kilos recibidos, se han distribuido 112.082 y con las bebidas de desayuno, tanto infusiones, como cacao o cereales. Los productos en conserva, tanto el pescado, como platos preparados, también han sufrido un déficit al haber una mayor cantidad de envíos que de recepciones por parte del Banco de alimentos. En general, la mayoría de alimentos han contado con más kilos recibidos que enviados, aunque en algunos de ellos no ha sido tan notable esta diferencia como en las natas y los postres, en los productos de perfumería e higiene, o platos preparados frescos, lo que hace que no se pueda llegar a mantener un saldo muy positivo, ya que cuando la situación es contraria, la diferencia entre los envíos y las recepciones es mayor, tal y como ocurre en los productos de bollería, el azúcar, panadería y repostería o productos de limpieza y mantenimiento.

Por su parte, los platos preparados congelados, los postres helados y los productos de limpieza, son los productos y alimentos de los que no reciben nada y tienen que enviar diferentes cantidades, algo que ha supuesto que el saldo, en 2021, se haya mantenido negativo. Sin embargo, la diferencia en las cantidades enviadas y recibidas, ha supuesto un incremento de un veinte por ciento más de alimentos distribuidos y un veinticinco por ciento más de beneficiarios respecto al año anterior.