Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Angustia

06/09/2022

En la vieja, y tan apaleada, cultura rural, septiembre era el mes de la alegría. Acababa la recogida de la cosecha, comenzaba la vendimia y el campo se llenaba de frutos: higos, melones, sandías, membrillos, nueces, almendras, manzanas, peras, uvas, melocotones, albaricoques…En el pueblo donde vivo, El Pego (Zamora), el 8 de septiembre es la fiesta de la patrona, que, curiosamente, se llama La Tramposa. ¿Se imaginan una virgen tramposa? Todo tiene su explicación. Los labradores pagaban sus deudas, sus trampas, por el 8 de septiembre, cuando habían cobrado ya el trigo, la cebada, los garbanzos, las garrobas… Y de ahí se pasó a considerar esa fiesta, de claro origen pagano-campesino, como la de Nuestra Señora la Tramposa. Sigue celebrándose con tal nombre aunque hoy las connotaciones sean muy distintas. Septiembre no es lo que fue y menos ahora que los pueblerinos, y a mucha honra, nos vemos obligados a batirnos en retirada ante la influencia y el desconocimiento de los urbanitas y de una "cultura" (o lo que sea) que vive de espaldas a la naturaleza. Por eso, septiembre ya no es el mes de la alegría y de los frutos del campo, sino de la angustia, de la incertidumbre, de la zozobra vital. Y este año, aun más. Da miedo oír y leer las noticias. Todo es preocupación, pesimismo, malos augurios. Cierto que la situación es muy complicada, pero la haremos todavía más difícil si nos precipitamos por la senda del desánimo, de ese acojono infinito que algunos quieren meternos a macha martillo para que no se nos ocurra reaccionar. Inflación, posible escasez de energías, encarecimiento de la cesta de la compra, terror al frío invernal entre quienes no tienen para abonar la calefacción. Todo eso está ahí y no conviene mirar para otro lado, pero la invitación al catastrofismo, que llega desde sectores que tendrían que hacer lo contrario, no hará sino empeorar el clima de pánico, acentuar un estado de ánimo, individual y colectivo, temeroso y negativo. ¿Qué se hizo de aquel septiembre de la alegría rural? Alguna culpa tendremos todos en este cambio tan drástico.