Aunque este año que está a punto de finalizar no pasará a la historia por ser especialmente bueno en lo que a proliferación de hongos y setas se refiere, fundamentalmente debido a la escasez de precipitaciones, lo cierto es que en el Ayuntamiento de Casillas la campaña micológica se ha saldado con un incremento de los permisos de recolección expedidos, que han superado los 900 cuando un año atrás los condedidos fueron cerca de un centenar menos. Así lo asegura Beatriz Díaz, alcaldesa de este municipio que en el año 2014 decidió regular por libre el aprovechamiento micológico de los cotos municipales con una ordenanza fiscal que perseguía un doble objetivo. Así, por una parte esta regulación  buscaba que la recolección de setas y hongos se realizara con permisos y por tanto poniendo unos límites, a la vez que también perseguía que lo recaudado por la expedición de estas autorizaciones se destinara a tareas de guardería y vigilancia encaminadas no sólo a que la recolección micológica se realice conforme a lo regulado sino dirigida también a evitar el furtivismo que afecta a los castaños del municipio. Y es que, y así lo denunciaban en su día tanto la alcaldesa como desde la cooperativa local,  «entre 10.000 y 15.000 kilos de castañas» pertenecientes a productores particulares terminan cada campaña en manos de furtivos que acceden a las fincas privadas.
Así las cosas, el incremento en la ‘venta’ de permisos ha permitido sostener esas tareas de vigilancia que, apunta la alcaldesa, han tenido un «efecto disuasorio», ya que desde que se puso en marcha la medida el furtivismo que afecta a los castaños ha descendido.

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