A la espera, «con el corazón encendido»

M.M.G.
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Los niños de Ávila recibieron la visita del emisario de los Reyes Magos, al que el alcalde entregó las llaves de la ciudad

A la espera, «con el corazón encendido»

Lo prometido es deuda. Y más, si esa promesa viene de los Reyes Magos de Oriente. El año pasado, cuando Melchor,Gaspar y Baltasar no pudieron recorrer las calles de Ávila a causa de la pandemia y tuvieron que recibir a los niños de manera 'estática' en el Lienzo Norte, prometieron a los pequeños que el año próximo les compensarían con un paseo magistral por la ciudad. Así que este martes, para adelantar la llegada de los Magos y para confirmar a los niños que este año sí, que habrá cabalgata, el emisario real visitó el centro de Ávila para lanzar a todos este ilusionante mensaje.

Para eso, y para muchas cosas más. Porque además de hablar con los niños que desafiaron al frío y al viento para ver al emisario, éste recibió de manos del alcalde de Ávila,Jesús Manuel Sánchez Cabrera, las llaves mágicas de la ciudad.

Pero vayamos por partes. Porque antes de que eso ocurriera a las puertas del Ayuntamiento de la ciudad, el emisario y su comitiva se dirigieron por primera vez a los niños en la plaza del MercadoGrande.

Allí llegó montado a caballo y acompañado de su comitiva: pajes y músicos que a ritmo de villancicos animaron una desapacible tarde invernal a aquellos que salían a su paso.

«Sus Majestades losReyes Magos quieren que todos los niños sepan que muy pronto van a estar con ellos», comenzó el emisario su mensaje, «y que falta muy poco para que traigan ilusiones y regalos».

Emocionados, los niños contemplaban el espectáculo recordando, seguro, los regalos que les han pedido este año en sus cartas.

«Los Reyes Magos quieren que se cumplan vuestros deseos. También los que guardáis en el corazón», prosiguió el emisario, que explicó a los pequeños cómo las llaves que después les iba a entregar el alcalde son mágicas, ya que pueden abrir, con sólo tocarlas, las puertas de todas las casas de Ávila.

Así, les dijo, Melchor,Gaspar y Baltasar podrán llevarles los regalos a los niños que han sido buenos. «¡Y carbón!», se escuchó gritar a algún niño que, quizá, no tenía muy claro lo que aparecerá la mañana del viernes en sus zapatos.

«Les tenemos que recibir con los brazos abiertos», animó el emisario a los niños a comportarse bien y a tener preparado todo en casa para la noche más mágica del año, así como a esperarles «con el corazón encendido y los sentidos despiertos».

tres llaves. Una vez finalizado su mensaje, el emisario y su comitiva emprendieron camino hacia la plaza del Mercado Chico. 

Con alguna que otra dificultad por parte de los caballos, algo nerviosos por el ruido y caminando con dificultad por el mojado y resbaladizo suelo del centro, el grupo entró en la plaza un poco después de las siete y cuarto de la tarde.

Allí les esperaba el alcalde, que también quiso dirigirse a los niños, preguntándoles si se habían portado bien y si habían escrito sus cartas, y explicándoles que iba a entregar tres llaves mágicas, una por cada uno de los Reyes Magos.

Por cierto que tanto el alcalde como el emisario real apelaron a la responsabilidad de todos, sobre todo la de los padres, para que en la cabalgata de esta tarde se extremaran las medidas de seguridad para evitar posibles contagios.

El acto de ayer se cerró minutos antes de las ocho de la tarde con un espectáculo de fuegos artificiales.