Fundabem arranca la venta de ropa de segunda mano

M.M.G.
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La entidad, que se encarga de la recogida de prendas usadas en Ávila desde julio del año pasado, retiró en el segundo semestre del año 44.668 kilos, un 30% más que en el primero

Fundabem arranca la venta de ropa de segunda mano

Era uno de sus proyectos más esperados y por fin comienza a ser una realidad. La Fundación Abulense para el Empleo, Fundabem, ha puesto en marcha su primera tienda de ropa de segunda mano, aunque sea, como reconoce sus responsables, «de manera tímida».

Así, la entidad que desde el pasado 1 de julio se encarga de recoger la ropa usada de Ávila, ha abierto un mercadillo en sus instalaciones de la calle RíoTera, mientras que, por otra parte, ha comenzado también la comercialización de algunas prendas en plataformas digitales, como Vinted y Wallapop.

Se trata, en definitiva, de dar una segunda vida a la ropa buscando cumplir varios objetivos, tal y como explicaba este miércoles Samuel Hernández, gerente de Fundabem. 

Hablaba, en primer lugar, del componente medio ambiental. «La de la ropa es la segunda industria más contaminante del mundo, por detrás de la petrolífera», exponía Hernández, que apuntaba un segundo, pero no menos importante, objetivo: lograr la inserción laboral de personas con discapacidad, algo que, en el caso de Fundabem y gracias a la recogida de ropa, ya se ha logrado con cinco personas.

Personas que se encargan de la recogida, tratamiento y gestión de la ropa recogida, que como apuntaba ayer la concejal de Medio Ambiente, Julia Martín, ascendió durante el segundo semestre del año pasado (los primeros meses de gestión de Fundabem) a 44.668 kilogramos. «Esto supone un incremento del 30 por ciento respecto al primer trimestre de 2022», apuntaba la concejal para hacer más evidente el buen trabajo llevado a cabo por Fudabem en los primeros compases de su gestión al frente del servicio de recogida de ropa usada en la capital. «El primer trimestre fueron 19.534 kilos los que se recogieron, y el segundo, 25.534», aportaba Martín otro dato. «Los ciudadanos se han comprometido», aplaudía a los abulenses la responsable de Medio Ambiente del Consistorio abulense, que valoraba los datos «como muy buenos» y que anunciaba que la perspectiva pasa porque sigan mejorando. 

Y lo harán, destacaban los responsables de Fundabem, gracias a la implicación de los abulenses, que depositan su ropa usada en alguno de los 30 contenedores morados que en la actualidad hay repartidos por la ciudad, y que se espera que aumenten.

De esos contenedores se extrae ropa de todo tipo. La que está muy mal, se trata para ser usada como trapos. La que está en mejor estado, se selecciona para la venta, ya sea física como online. Y otro montante se envía a países en desarrollo en los que la población tiene serios problemas para vestirse, explicaba Hernández.

«Vemos que el hecho de que seamos una entidad social influye en que la gente aporte más», se refería de nuevo el gerente de Fundabem al gran apoyo recibido por parte de los abulenses y que, de momento, se ha traducido en ese incremento del 30 por ciento antes mencionado. «Pero esperamos llegar al 50 o al 60 por ciento de incremento según nuestras previsiones», se muestra esperanzado Hernández, que anima no sólo a donar ropa sino, también, a acudir a la nueva tienda de segunda mano.

De momento, la tienda abre al público en general en horario de 10,00 a 14,00 horas, y para grupos tiene la opción de abrir también en horario de tarde.

Y la intención de Fundabem pasa por poder abrir una tienda que «dignifique» el producto en el centro de Ávila. Para ello, Fernando García, presidente de Fundabem, no tenía problema a la hora de solicitar ayuda por parte de los propietarios de locales, que puedan ceder alguno o dejárselo a un buen precio.

Era él el que adelantaba que entre los proyectos de Fundabem se encuentra llevar a cabo una tarea de concienciación con  los jóvenes de Ávila, acerca del consumo exagerado de ropa y de lo contaminante que resulta su fabricación. «Tratamos de entrar en las 'cuatro erres': reducir, reciclar, reutilizar, y ahora, además, repensar», se refería a esa labor educativa a nivel social.

«Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que para fabricar un vaquero se emplean 7.000 litros de agua», aportaba sólo un dato García, que en el punto de vista más práctico pedía a los abulenses que cierren las bolsas de ropa que depositan en los contenedores, para facilitar la labor de los operarios.