marta martín gil / ávila

Pasadas las cinco y media de la tarde, las campanas de la Catedral Nueva de Salamanca repicaban para dar la bienvenida al que, en ese justo momento, acababa de convertirse en el obispo número 96 de la diócesis, el abulense José LuisRetana, que desde este domingo es también, y de manera histórica, el primer obispo en encabezar las dos diócesis de la provincia salmantina, al llevar desde este fin de semana también el báculo de la de Ciudad Rodrigo.

Muy emocionado, el sacerdote natural de Pedro Bernardo y hasta hace poco obispo de Plasencia, recibía el báculo en un simbólico traspado de poderes que tuvo como testigo de excepción al nuncio de su Santidad en España, Bernardito Auza, así como a 300 concelebrantes, y como telón de fondo el fuerte aplauso de todas las personas congregadas para presenciar tan importante momento: menos que las que las que se hubiera deseado a causa de la pandemia, pero entre las que no faltó una importante representación abulense, encabezada por el diácono de Ávila, Álvaro José Sánchez, y con miembros de las parroquias del Inmaculado Corazón de María y de San Pedro Bautista, tan íntimamente unidas a José Luis Retana; de los colegios diocesanos Asunción de Nuestra Señora y Pablo VI; y de la Casa Grande de Martiherrero.

Para ellos tuvo cariñosas palabras el nuevo obispo de Salamanca en su primera homilía como tal. Unas palabras que quiso comenzar agradeciendo al Papa Francisco su «gesto de confianza» a la hora de confiarle la diócesis de Ávila, y saludando a todas las autoridades presentes en la ceremonia, con las que, dijo, desea compartir «el servicio a las personas».

«Empiezo a entender que mi tarea de obispo va unida a la figura de San Juan Bautista», aseguró Retana, que recordó cómo se ordenó precisamente el día de San Juan Bautista y que centró buena parte de su primera homilía reflexionando sobre la fiesta del Bautismo de Jesús que este domingo ponía punto y final al tiempo litúrrgico de la Navidad.

«No es un mal espejo la figura de Juan Bautista para el principio de mi episcopado», apuntó el ya obispo por partida doble, que se refería a ese segundo plano que rápidamente adoptó el Bautista ante la llegada de Jesús. «El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor», rezó Retana, que se presentó ante su nueva diócesis como aquel que llega a servir.

 «Como Jesús, también yo me siento llamado por el Señor y cogido a su mano deseo que derrame su Espíritu para saber ofrecer su luz para nuestras cegueras, su libertad para nuestras esclavitudes, sin gritar, sin vocear, sin cascar la caña quebrada y sin apagar el pábilo vacilante», prosiguió hablandoRetana

«Hacerse nada para que el Señor sea todo. Menguar como el Bautista para que Él crezca. Vengo a Salamanca a trabajar generosamente y a entregar mi vida», quiso dejar clara Retana su intención al ponerse al frente de la diócesis salmantina.

En su primera alocución como obispo, Retana tuvo también cariñosas palabras para sus «amigos íntimos» presentes en la eucaristía; para los diocesanos de Salamanca; los medios de comunicación, con los que espera poder ser portador de buenas noticias; para los sacerdotes; y por supuesto, para su antecesor, su «paisano y amigo» Carlos López, que después de 19 años al frente de la diócesis de Salamanca se retira ahora a descansar a tierras abulenses.

Y lo cierto es que a lo largo de una liturgia cargada de simbolismo, no fueron pocos los guiños que se tuvo para con la tierra de origen del nuevo obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo. Así, la primera de las lecturas fue realizada por una representante de la parroquia de Alba de Tormes, localidad salmantina donde reposa Santa Teresa. Y también se recordó cómoSanta Teresa y San Juan de Sahagún son los patronos de la diócesis de Salamanca.

autoridades. A la toma de posesión de José LuisRetana acudieron este domingo diferentes autoridades locales y regionales, entre ellas, los alcaldes de Salamanca y Plasencia, Carlos García Carbayo y Fernando Pizarro García; la subdelegada del Gobierno en Salamanca,  Encarnación Pérez Álvarez; el presidente de la Diputación provincial de Salamanca, Francisco Javier Iglesias García; o el presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes Rodríguez; entre otros, como parte de la corporación municipal, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, así como representantes de entidades y organizaciones sociales de la ciudad.

Entre los presentes estuvieron dos cardenales, el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez y el de Madrid, Carlos Osoro, así como los arzobispos de Burgos, Mario Iceta; Mérida-Badajoz, Celso Morga; Oviedo, Jesús Sanz, Toledo, Francisco Cerro y el arzobispo emérito, Braulio Rodríguez.