Ni el sol de justicia que a ratos resultó abrasador en la plaza de La Santa impidió que el público disfrutara este sábado al mediodía de un espectáculo en el que, además de la música, lo que más sonó fueron las carcajadas de los asistentes, que no se cansaron de aplaudir y tampoco de reír. ‘La bella tour’, título del espectáculo que ofreció el Festival Internacional de Circo, puesto en escena por la compañía catalana del mismo nombre, brindó al público los elementos principales del ‘clown’ combinados con acrobacias imposibles que llegaron hacia la mitad del espectáculo, cuando los asistentes habían asumido ya que de los dos personajes nada bueno podía esperarse. El carácter despistado y caótico de uno de ellos y la rocambolesca relación  entre ambos  en absoluto presagiaba un número final en el que, ya con el escenario recogido, ambos payasos demostraron su buen hacer como acróbatas, manejando el equilibrio, las piruetas y volteretas de forma sorprendente.

Hasta entonces, los dos personajes habían roto platos en el suelo por su aparente escasa pericia, amenazado con estamparle una bandeja de nata al público, se habían engañado y mojado el uno al otro y, en definitiva, habían puesto de manifiesto una y otra vez que entre ellos no había coordinación ni complicidad alguna, sí con un público que en seguida disfrutó del aparente caos que reinaba en el escenario y que los dos payasos trataban de compensar disfrazándolo de éxito echándose confetti sobre la cabeza casi a cada paso que daban. 

Cuando ya no les quedaba confetti en los bolsillos, acabaron echándoselo a cubos no sin antes sorprender con uno de los números acrobáticos que ofrecieron saltando desde un balancín que dio mucho juego a lo largo de un espectáculo que duró casi una hora y que este domingo ofrecerá otro pase a las 12,30 horas en ese mismo espacio, la plaza de la Santa, que se estrena como escenario del Festival Internacional de Circo.