Lorenzo Silva, uno de los escritores de mayor éxito de ventas y de crítica de las tres últimas décadas en el mercado hispanoamericano gracias a novelas como La flaqueza del bolchevique, El alquimista impaciente (Premio nadal 2000) y La marca del meridiano (Premio Planeta 2012), obras de temática policiaca protagonizadas por la pareja de guardias civiles formada por Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro a las que ha sumado otras de temática diferente con incursiones en la literatura infantil y juvenil y en la no ficción, protagonizó el encuentro de ayer del ciclo 'Literarios', organizado por Fundación Ávila, CaixaBank y Librería Letras, con una charla en la que se centró precisamente en esa generosa incursión en las obras de intriga.
'Veinticuatro años novelando la historia del crimen en España' fue precisamente el título de su conferencia, a través de la cual abordó esa larga trayectoria en la que lleva estando acompañado por Bevilacqua y Chamorro desde 1998, cuando publicó la primera novela publicada por esos dos guardias civiles, titulada El lejano país de los estanques y que ya nació con el éxito de conseguir el Premio Ojo Crítico.
Vinieron después, dando continuidad a una serie de creciente éxito en todos los sentidos, El alquimista impaciente, La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo, La estrategia del agua, La marca del meridiano, Los cuerpos extraños, Donde los escorpiones, Tantos lobos, Lejos del corazón, El mal de Corcina y La llama de Focea, para completar un interesante ciclo –aún abierto a nuevas incursiones– de trece novelas en las que, a través de una ficción en la que hay mucha fidelidad a la realidad española, retrata un cierto lado de la sociedad en la que hay muchos claroscuros.
el presente. En su charla, acompañado por la coordinadora del ciclo, Gemma Orgaz, Lorenzo Silva habló al público abulense de «lo que ha dado de sí esta serie de novelas» pero también lo hizo sobre «el momento en el que están actualmente sus protagonistas», un presente que comentó «que creo que es bueno para estos personajes literarios porque es un momento de madurez, en el que en algunas cosas pueden hacer balance de su vida y tambien de los años que les ha tocado vivir, y porque espero que aún tengan carrete para unos cuantos libros más».
Preguntado por la posibilidad de que escribir ficción sea una buena manera de contar la realidad desde una perspectiva que puede dar más licencias que la que permitiría la información, contestó Silva que «sí puede serlo, sobre todo si das con la buena tecla; y yo creo que he sido muy afortunado porque me he encontrado con dos personajes que me dan un punto de vista muy singular para observar la realidad española contemporánea, y además un punto de vista muy insospechado porque nadie pensaría hace 25 años que un Guardia Civil pudiera ser un observador de la realidad que diera tantas posibilidades. Pero sí, a mí me las han permitido, su trabajo es interesante, les lleva a moverse por toda España, les lleva a tratar con personas muy distintas y de muy distintos estratos sociales, de muy diferentes ideologías, y eso creo que es lo que les convierte en personajes versátiles y al mismo tiempo interesantes para contar la realidad».