Romeo cumplió su promesa y repitió aventura en Ávila

M.M.G.
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El Circo Élite pudo, por fin, ofrecer ante unas 250 personas la sesión que suplía las dos que tuvieron que suspenderse la semana pasada a causa de la nieve caída sobre la capital

Romeo cumplió su promesa y repitió aventura en Ávila

Estaba pensado como el gran espectáculo que pusiera el broche de oro a las vacaciones navideñas de los niños el último día de su descanso. ‘El sueño de Rome’, el espectáculo del Circo Élite visitaba Ávila el fin de semana pasado para alegría de los más pequeños de la casa, poco acostumbrados ya a disfrutar de cultura el directo. Pero de las tres sesiones previstas por los responsables de este circo sin carpa, no todas pudieron representarse.

La gran nevada que Filomena dejó a su paso obligó a suspender los pases previstos para los días 9 y 10 de enero, dejando a los que habían comprado su entrada con la miel en los labios.

Pero la magia del circo existe. Y pese a todo (incluso pese al nuevo toque de queda que obliga ahora a la suspensión de toda actividad a partir de las ocho de la tarde) el Circo Elite regresó a Ávila para entrar una vez más en contacto con su  público más fiel.

Algo más tarde de las cinco y media (y no a las seis y media como estaba previsto en un principio, a causa de, como decimos, el nuevo toque de queda) se levantó el telón en la sala sinfónica del Lienzo Norte.

Dado el nivel de aviso en el que se encuentra en la actualidad la provincia (el 4) el aforo estaba limitado ayer al 33 por ciento. Y eso se traducía en 320 butacas disponibles de las que se ocuparon 250.

Un buen aforo, pues, pese a todos los inconvenientes que marcan unos tiempos en los que, eso sí, la risa y el entretenimiento son más necesarios que nunca.

Y eso lo pusieron esta tarde sobre el escenario del Lienzo Norte los miembros del Circo Élite, encabezados por Romeo, un loco y encantador joven que, ante todo, sueña con llegar a convertirse en la estrella más importante de un espectáculo de Broadway. O de Las Vegas, como no se cansó de repetir en cada una de sus apariciones.

La inconfundible música de la película Up fue la encargada de romper el hielo en un espectáculo que tuvo como hilo conductor los intentos de Romeo por demostrar su talento.

El talento que, por cierto, derrocharon en cada una de sus intervenciones los miembros de la compañía circense: números que bien podrían estar tanto en un circo clásico como en uno de las nuevas tendencias circenses.

Música, luces, bailes con mucho ritmo, alegraron la tarde de los que habían acudido al Lienzo Norte y que vieron como poco a poco Romeo olvida valores aute?nticos como el amor y la amistad, y como, pese a encontrar la gloria finalmente, lo hace con el corazo?n vaci?o por no poder compartirla con alguien que le ame.

Envuelta en una atmósfera mágica a veces, surrealista en otras ocasiones, y de vez en cuando, roma?ntica, la obra ofreció momentos de verdadera poesi?a, sorprendentes giros esce?nicos, increi?bles desafi?os a la lo?gica y nu?meros co?micos hilarantes.