"En el deporte hay chavales que pueden encontrar su sitio"

A.S.G.
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Los deportes de contacto siempre han formado parte de la vida de Miguel Ángel López Gil, Deportista de Alto Nivel, miembro de la Federación Española de Kickboxing y Muaythai y profesor de Defensa Personal en la Escuela Nacional de Policía

Miguel Ángel López Gil, en el Lienzo Norte - Foto: Isabel García

Si en su vida ya hubiera un niño «llevar este ritmo sería imposible de mantener». Porque a sus 42 años –cumplirá 43 en agosto– su agenda, como su teléfono, no dan tregua.Porque Miguel Ángel López Gil, aquel joven que hace una década colocó Ávila en lo alto del Campeonato del Mundo de Kickboxing, está camino de jurar como subinspector de policía. Se graduará en un centro –Escuela Nacional de Policía– en el que ejerce como profesor de Defensa Personal. Cuando lo haga le ganará un 'par' de horas al día. Porque le faltan muchas. Hasta hace poco ejercía como Secretario General de la FederaciónEspañola de Kickboxing y Muaythai.Lo tuvo que dejar en manos de otro abulense, Carlos Llopis, pero nunca ha dejado de trabajar a nivel federativo junto a su presidente, Jesús Eguía. Cuando se gradúe, regresará de nuevo de manera oficial a la FEKM. «Supongo que a un cargo relacionado con la alta competición, como Director Técnico o similar». Y a todo ello le suma ser presidente y entrenador del Kickboxing Academy Ávila. «Te llaman para tantas cosas que al final no das a basto» reconoce López Gil. «Voy a tener que parar» ríe cuando reconoce el ritmo que lleva y el smartwatch de su muñeca le recuerda que le llaman de nuevo. Espera que, una vez consiga graduarse como subinspector, le bajen las pulsaciones a vida en la que «tengo cosas pendientes», incluso a nivel personal, quizás las más importantes aunque en ocasiones no nos paremos a darnos cuenta. Es uno de 'esos' que se sienten «un privilegiado» por haber podido regresar a Ávila a trabajar. Triste privilegio, pero así es la realidad en esta ciudad y provincia. «Me vine para estar con mi madre, que estaba enferma.Lo pude hacer gracias a que era Deportista de Alto Nivel». El deporte le ha abierto puertas. «Otros en mi situación tardan una década». Ahora se las abre en lo profesional, antes en lo deportivo, en aquellos tiempos en los que recuerda su paso por la Selección Española, su participación en Mundiales... «Estaba bien posicionado. Claro que los echas de menos pero... No está quitado que vuelva a nivel máster».  

Su madre era Policía Local, su padre era Guardia Civil. «Lo mío es dedicación». Le viene de familia. Él apostó por la Policía Nacional, por tener la academia en Ávila y porque tiene claro que «es la policía que mejor trata a los deportistas. Tiene una sección de deportes» y en su caso como Deportista de Alto Nivel. «Me gusta trabajar en la calle, pero la Policía Nacional me permite también hacer proyectos a nivel docente». Es uno de los muchos deportistas que han encontrado su hueco en los diferente cuerpos de seguridad. «En ocasiones se vende que los deportistas tienen mejor acceso a la policía, pero no es así. Tienes que aprobar como todos. Una vez que apruebas, por tu condición de deportista DAN–Deportista de Alto Nivel– tienes una serie de beneficios» como pueden ser liberaciones de servicio o permisos para competir, entrenar o acudir a concentraciones, estabilidad laboral y económica, cierta facilidad para destinos... «Un alto porcentaje de deportistas son policías».

Ahora mismo él es alumno y profesor. En unos meses será subinspector pero desde hace tiempo es profesor de Defensa Personal. «Básicamente enseño las técnicas operativas de uso de la legitima defensa y defensa personal para poder reducir, contener, evitar agresiones y todo ello encajado dentro del marco legislativo de proporcionalidad, oportunidad... Lo hago a gente joven, nueva.Algunos nunca han visto nada de esto.Muchos pueden llegar aquí desde un ambiente estudiantil que apenas tiene conflictividad y verse destinados a un lugar en el que él se convierte en el objetivo».

Se habla mucho de defensa persona pero «no es lo que nos venden. Está muy comercializada. Se vende como una serie de movimientos, que si te agarran aquí o allá haces un determinado movimiento y ya está, pero en realidad la defensa personal es un estilo de actitudes, movimientos y siempre desde una condición física óptima para hacerlo. Quien diga que es maestro en defensa personal no es nada. Tienes que ser especialista en una modalidad deportiva y después enfocarlo a defensa personal. La esgrima tiene defensa personal, el judo tiene defensa personal... Tienes que ser especialista en una modalidad deportiva y después enfocarlo a defensa personal».

Y en este mundo, siempre hay que evolucionar. «Antes la defensa personal era karate y jiu jitsu, pero a medida que va cambiando la agresividad que hay en la calle, la defensa personal se va transformando. Ahora se entrenan deportes de combate pero no porque vayas a detener a alguien a golpes, sino porque es lo que te vas a encontrar en la calle. Tienes que adaptarte, tienes que trabajar técnicas de boxeo, kickboxing, muaythai, MMA, lucha... y siempre adaptarlo».

Siempre ha estado vinculado López Gil a este mundo de los deportes de contacto. «En Ávila siempre teníamos la salida del kárate. Es en lo que empecé» pero no donde acabó. Fue descubriendo otras opciones. Primero en Salamanca, donde estudió y sacó la Licenciatura en Derecho, después en Madrid. No tardó en aprobar sus oposiciones a policía, por lo que el mundo judicial quedó un poco al lado, pero no apartado. «En cierto modo ejerzo. Estoy colegiado y ejerzo como asesor dentro de la federación». En todo ese recorrido de vida 'acabó' en el kickboxing, en aquella época «una bestialidad» recuerda. Un deporte hace años visto de otra manera, calificado por muchos como de 'macarras'. «Totalmente» reconoce. «En España no estaba enfocado muy bien. Igual que ocurre ahora mismo con el muaythai», un deporte que «cuando viajas fuera te das cuenta de que es un deporte que lo practica gente muy cualificada.Los tops son gente universitaria. En la SelecciónEspañola hay un médico, una futura jueza... El mundo de los deportes de contacto ha cambiado, pero es verdad que cuando yo empecé, que tenía 15 años, se podría decir que era un deporte de macarras».

La imagen de los deportes de contacto va evolucionando. «Queda mucho. Quizás si llegara una oportunidad Olímpica cambiaría del todo».Sería un empujó, el que él pone de su parte desde la FederaciónEspañola de Kickboxing y Muaythai, en la que desembarcó, y nunca mejor dicho, para cambiar lo que veía. «Cuando competía no me planteaba nada a nivel federativo. Pero en 2016, ante ciertas situaciones que vi de posible corrupción recopilé datos, hablé con el subdirector de Alta Competición del Consejo Superior de Deportes, con la Policía, hablé con clubes y representantes de toda España. No me gustan las injusticias ni me gusta que el delincuente salga impune. Le dimos un vuelco a lo que había. Movimos una moción de censura y tiramos adelante».Desde entonces «le dimos la vuelta a la Federación».

Una atalaya desde la que trabaja para mejorar lo que aún ve en este deporte. «No puedes estar luchando a la contra constantemente. Buscas atajar lo más grave» reconoce «Ahora estamos trabajando desde la Unión de Federaciones Españolas de Deportes de Combate –UFEDC– en el tema de la Ley de Actividades Profesionales.Es una ley por la que todo aquel que no sea profesional –INEF, Técnico Deportivo o Técnico DeportivoSuperior– no puede dar clases.Se tiene que tener todo legal. Aquí en Castilla y León no se aplica. Puedo entenderlo en algunos deportes pero en actividades deportivas de riesgo, como están catalogados en otras comunidades los deportes de combate, se tendría que tener al menos una titulación, un certificado de antecedentes penales de carácter sexual, pero... No hay control. Se necesita control y se necesita un poder sancionador». No le gusta ese mundo del «déjale que no pasa nada, del no te metas en eso.Precisamente lo que hay que hacer es involucrarse, es meterse».

Tiene trabajo por delante Miguel Ángel López Gil.Por suerte le da muchos menos dolores de cabeza su club. «Está en buenas manos». Empezaron con mucha fuerza de la mano del boxeo, se sumó el kickboxing. De aquel trabajo inicial «ahora puedo decir que tengo un equipo potente de entrenadores».No sólo están preparados técnicamente sino humanamente. «Todos los entrenadores del club son una gran imagen para los chavales y eso se nota. Te encuentras con chavales de cierta edad que están perdidos, que no se ubican. En el deporte pueden encontrar su sitio, valores para la vida» la parte más importante de un club que «para mi es una vía de escape. Es un espacio que comenzamos para entrenar nosotros». A partir de ahí empezó todo. «Como todos los clubes deportivos en una ciudad pequeña, somos un actor social más».La competición siempre está presente, pero por delante están las personas, la calidad humana. Eso nunca se debe perder.