Editorial

Inversiones vitales para la subsistencia del medio rural

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El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, ha lanzado la segunda convocatoria del programa de Universalización de Infraestructuras Digitales para la Cohesión (UNICO) Banda Ancha, que destina cerca de 29 millones de euros para la comunidad autónoma de Castilla y León. De esa cantidad, más de 5 millones de euros, concretamente 5.779.307 euros, van destinados a la provincia de Ávila, que dará cobertura a un mínimo de 3.331 unidades inmobiliarias.

Con esta financiación se busca ampliar el despliegue de las infraestructuras necesarias para proporcionar cobertura de muy altas capacidades a la población y permitir extender la red de banda ancha ultrarrápida, cada de prestar servicios de, al menos, 300 Mbps escalables a 1Gbps simétricos tanto a hogares como a empresas ubicadas principalmente en zonas remotas y aisladas.

Estamos, por tanto, ante unas infraestucturas vitales para el mantenimiento de habitantes en esos núcleos que sufren la despoblación, y que precisan también de unas tecnologías mínimas para poder seguir desarrollando su vida con dignidad.

En un mundo globalizado como el que hoy nos encontramos, el poder contar con estas infraestructuras tecnológicas abre la puerta a que se puedan desarrollar actividades que, en otras circunstancias, serían inviables.

Pero no solo se trata del desarrollo de actividades económicas (hoy en día la gestión de una empresa, con independencia del sector que se trate, requiere de esa tecnología para su normal funcionamiento), sino que también son necesarias para poder beneficiarse de otros servicios esenciales, que también hacen uso de esos canales de comunicación para mantener contacto con sus usuarios. Esas carencias se hacen muy evidentes aún en núcleos de población de la provincia de Ávila, pero las distintas administraciones han comprendido que la implantación de estas conexiones ultrarrápidas ya no pueden esperar más, y al igual que son imprescindibles las infraestructuras hidráulicas para el abastecimiento y la depuración de agua, estas conexiones son hoy esenciales para poder vivir en pleno siglo XXI en igualdad de condiciones con ciudadanos que habitan en otras localidades del medio rural o en las ciudades.

La sanidad, la educación, la actividad bancaria, por no hablar del ocio y el entretenimiento, son servicios que hoy focalizan buena parte de su actividad a través de la red, y exigen contar con unas conexiones rápidas, porque en el caso contrario los núcleos rurales que no cuentan con ella se ven penalizados y aislados, y complican aún más su subsistencia. Pero, al menos, con estas inversiones se abre una mínima puerta para el sostenimiento rural.