Música tradicional para alegrar el momento actual

M.R
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Manantial Folk ha rescatado una antigua ronda para enviar vía online un mensaje de alegría y esperanza alos pueblos del valle del Tiétar en cuyas calles y plazas tantas veces han interpretado su música popular

Aire que me lleva el aire

aire, que el aire me lleva (bis)

aire, que me lleva el aire,

el aire de mi morena

Entre Sevilla y Triana ¡naide!

Madrid y Guadalajara ¡naide!

Naide pasa por mi calle, naide, naide

Naide me ronda la calle, naide, naide

Naide me la ronda, naide, naide

 

Esta ronda cuya letra resulta tan apropiada para el momento actual -habla de una calle desierta- es la pieza elegida por Manantial Folk para hacer su particular contribución a la lucha ciudadana y social contra el COVID-19. El veterano grupo de música tradicional que hunde sus raíces y su repertorio en el cancionero de los pueblos del Valle del Tiétar y de la Vera ha rescatado esta ronda de su primer disco, grabado en 1982, para ofrecerla al público vía online a través de un vídeo en el que puede verse y escucharse a sus componentes interpretando la música y la letra cada uno desde su casa. 

El resultado es un vídeo coral en el que en la interpretación de esta pieza titulada ‘El aire’ tampoco falta el inconfundible sonido de las castañuelas que marca las rondas que siempre se han cantado en la calle. Y ahí es precisamente donde Manantial Folk pone su mirada y su corazón: en las calles y las plazas de los pueblos del valle del Tiétar a los que tantas veces han llevado su música, que ahora permanecen vacías debido al confinamiento, pero a las que sus músicos quieren «mandar un poquito de alegría a vuestras casas en estos tiempos difíciles con la esperanza de devolverla de nuevo a las calles y las plazas lo antes posible», explica el grupo.

Al final del vídeo que han grabado los músicos de Manantial Folk, una de sus componentes, Carolina Garro, explica que, de esta forma, el grupo se une «a esta lucha contra el COVID-19», al tiempo que emplaza a todos «a vernos en nustras plazas, en nuestros pueblos, como siempre hemos sabido hacer». Pero mientras llega ese momento, «¡Qué date en casa!», anima.