Durante los últimos días se han producido novedades en cuanto a los proyectos museísticos a los que se quiere dotar a la ciudad de Ávila, aspiraciones históricas con un complicado desarrollo que está costando muchísimo que fructifiquen. Proyectos en los que hay puestas muchas ilusiones, en los que los abulenses siguen creyendo a pesar de todas las vicisitudes a los que se están enfrentando, y que cada vez que se produce una buena nueva no deja de ser un motivo de esperanza, aunque la mayor parte de las ocasiones esas esperanzas han acabado cayendo y si no fuese por la relevancia que tienen esos proyectos invitarían a tirar la toalla.

Por una parte se conocía que el proyecto de rehabilitación del Palacio de los Águila sigue estando incluido en la Memoria del Museo del Prado, para acoger una Sala Prado en la que se organicen exposiciones con obras que lleven el sello de la principal pinacoteca de España. En esa memoria también se indicaba que el Palacio de los Águila ya no es centro adscrito al Prado, sino que se ha trasladado esa adscripción directamente al Ministerio de Cultura. A efectos prácticos, ese cambio no tiene por qué influir en el proyecto definitivo en el que ahora se está trabajando, con implicación también de la Junta de Castilla y León para instalar en esas dependencias, junto a la Sala Prado, el Museo Provincial de Ávila. Quizá con esa medida sí que queda definitivamente descartado ese planteamiento que tuvo el proyecto en sus orígenes de ser un centro adscrito al Museo del Prado con otras posibilidades más allá de las meramente expositivas.

Directamente relacionado con la evolución de ese proyecto, este jueves tenía lugar una reunión a tres bandas en Ávila con presencia de la Junta de Castilla y León, la Diputación de Ávila y la Junta de Semana Santa para impulsar el Museo de la Semana Santa. Si el proyecto de Los Águila evoluciona como está previsto, acabará acogiendo al Museo Provincial de Ávila, y en ese caso quedaría vacante su actual sede, la Casa de los Deanes. Un espacio ubicado en un lugar privilegiado, propiedad de la Diputación de Ávila y que es gestionado por la Junta de Castilla y León, y que desde la institución provincial se ha propuesto ceder para que acoja al Museo de la Semana Santa.

Son varios los intentos que se han hecho desde hace tiempo para impulsar ese proyecto, que no han fructificado, y que una ciudad como Ávila, que tiene una Semana Santa que está declarada como de Interés Turístico Internacional, está obligada a contar con un espacio que realce aún más este acontecimiento, todo lo que representa y el valor patrimonial que atesora.

Confiemos en que ahora sí comience a cristalizarse, aunque la empresa no parece sencilla. En primer lugar, porque está en manos de lo que ocurra con el Palacio de los Águila, y los precedentes de este proyecto no pueden ser más tortuosos. Y en segundo término porque son muchas las entidades que están implicadas y ello siempre obliga a actuar con prudencia, con consenso, con altura de miras, y no siempre es sencillo. Estamos antes otra oportunidad excelente para Ávila, en el que se deben dejar a un lado los posibles intereses particulares que puedan existir para pensar en el bien de la ciudad y en dotarla de una capacidad museística a la altura de lo que merece.