La magia se vive en familia

M.E
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Los Verdugo y Superunda y el Colegio de Arquitectos se rindieron al buen hacer de Dania Díaz, Mago Toño y Henry JR y a sus ilusiones con cartas y otros elementos, aunque la entrada flojeó en algunos de los pases de la mañana de esta sección

La magia se vive en familia - Foto: Isabel García

NO se llenaron todos los pases, pero las decenas de personas que se animaron a aprovechar la sección ‘Magia en familia’, dentro de la séptima edición del festival Ávila Mágica, se rieron, se sorprendieron, aplaudieron y disfrutaron de lo lindo. Juegos de adivinanzas de cartas, billetes que desaparecen, aros enlazados que de repente se separan, varitas que se convierten en pañuelos, cuerdas que se prenden y se convierten en bastones, coronas de angelitos que gracias a unos polvos mágicos cambian de color.... y así podríamos seguir hasta acabar este artículo. Esto es solo una muestra de lo mucho y bueno que se desplegó este sábado en la ciudad de la mano de ‘Magia en familia’ logrando juntar a grandes y pequeños en torno a un objetivo común, disfrutar del ilusionismo con los ojos abiertos del que lo ve por primera vez.

En muchos casos, además, seguro que fue así. En Superunda el elegante Mago Toño (Valladolid) se encontró con solo una familia en el segundo pase de la mañana, después del lleno del primero, lo que le permitió ofrecer una actuación íntima, prácticamente personalizada, que incluyó sus juegos con pañuelos, bastones, dibujos, billetes o cartas y que a buen seguro adaptó a estas circunstancias. En cualquier caso, no faltaron ni el humor ni la música, dos grandes aliados para una actuación de interior que volvió a demostrar que la mano, en la mayoría de las ocasiones, es más rápida que el ojo. 

También el humor estuvo muy presente en Los Verdugo con la venezolana Dania Díaz. Su fresca propuesta tampoco encontró un gran auditorio (al menos en el segundo pase), pero la artista se hizo con los asistentes y, con la complicidad de grandes y pequeños, sacó adelante su espectáculo con nota. No faltaron las adivinanzas de cartas, en un formato muy original y participativo, un juego con los aros de lo más entrañable y hasta vimos caer nieve en pleno junio. La artista dejó claro que los sueños se cumplen y que, además, nunca hay que dejar de creer en ellos.  

En el Colegio de Arquitectos el protagonista era Henry JR., también de Venezuela. La magia y la diversión se dieron la mano para ofrecer un espectáculo redondo a cargo de un mago diferente que estaba dispuesto a poner todas las cartas sobre la mesa.