La auxiliar Raquel Jiménez Rilo, Capitana Optimista de 2022

M.E
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Desde la sexta planta del hospital pone en valor el buen humor y el trato empático al paciente y también a sus acompañantes

La auxiliar Raquel Jiménez, Capitana Optimista de 2022

«A veces cura más la risa que un paracetamol». Esta frase, toda una declaración de intenciones, resume a la perfección la filosofía de vida de Raquel Jiménez Rilo, una auxiliar de enfermería (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) de la planta sexta del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila que acaba de alzarse con un reconocimiento de ámbito nacional por darle el valor que merece al plano humano en el ámbito de su profesión. Raquel Jiménez es la Capitana Optimista de 2022, un premio de la Fundación Hospital Optimista con el que se lleva varios años distinguiendo a los profesionales del ámbito sanitario que optan por cuidar con una sonrisa y por recetar altas dosis de optimismo a sus pacientes pero también a sus familiares.

Hablamos con ella en un día de descanso y se muestra muy orgullosa del premio por ella y sus compañeros pero también por su profesión, al tener conocimiento de que es la primera auxiliar de enfermería que lo gana. «Este premio es de toda la profesión, no se nos valora lo suficiente y a veces somos nosotras las primeras que no lo hacemos, pero somos un equipo y realizamos una función muy importante desde la propia llegada del enfermo», nos cuenta.

A Raquel Jiménez le encanta su trabajo y se nota. Transmite alegría y, como bien dice el nombre del premio, optimismo, algo que «pensé que no se premiaba porque yo no me esfuerzo en serlo, soy así, aunque también tenga momentos malos». Explica que ella le da mucha importancia al trato humano en su trabajo porque se pone en la pie del otro. «Trato de ser empática y alegre porque los enfermos a veces están desanimados y tristes e intentamos que se sientan bien dentro de lo mal que lo pueden estar pasando», señala. Esa 'receta' la extiende también al familiar, que «a veces está olvidado pero que también es muy importante. Yo valoro mucho a la gente que acompaña al paciente porque su evolución también depende de ellos; tienen un papel muy difícil, también lo pasan mal y aquí (en Cardio y Hematología) suelen ser ingresos largos y estamos muy pendientes de ellos».

¿Cómo es ese trato?, le preguntamos. Además de poner su alegría innata y sus buenas dosis de humor, les hace partícipe de algunas tareas para que «se sientan más útiles». «Tanto al paciente como al acompañante les gusta que les escuches, que les atiendas y que les intentes sacar una sonrisa, soy muy dada a disfrazarme o a casarme con el compañero», nos cuenta entre risas, síntoma de que el premio Capitana Optimista no es una casualidad. «Un dolor se puede curar pero a veces la parte humana no», remarca esta auxiliar que considera su trabajo «muy gratificante».

El premio que recogerá en Valencia a mediados de enero le llega al corazón, pero asegura que aunque no se lo hubieran dado se sentiría igual de orgullosa por las «muestras de cariño» que recibe de las personas a las que intenta hacerles más llevadera su visita a la planta sexta