Hace unas semanas fui partícipe de una expedición abulense a Asturias dentro del muy conocido en las tierras del norte Foro Comunicación-Escuela, y algo menos conocido en la meseta castellana, que no desconocido. No en vano, allí estuvieron los alcaldes de Arévalo, Piedrahíta, El Barco de Ávila, Burgohondo, Madrigal de las Altas Torres y representantes del ayuntamiento de Navaluenga, municipios todos ellos que han estrechado lazos con el Foro. La delegación se completaba con los hijos de Aurelio Delgado -empresario que abanderó la conexión entre Ávila y Asturias, que asumen sus hijos hoy-, el cronista oficial de la ciudad de Ávila y colaborador de este periódico, Jesús María Sanchidrián, y este humilde director.
Al final este programa se ha convertido en una oportunidad para chicos de Asturias y de Ávila de adquirir nuevas experiencias (de forma muy resumida y sintética), que es de lo que se trata la vida. Fuera de lo que es el programa curricular, los estudiantes de hoy se van forjando personas de mayor o menor provecho, y particularmente creo que tiene una relación proporcional con las oportunidades que uno haya aprovechado en la vida. En este sentido, ni un pero.
Fíjense la importancia del Foro, que el propio Adrián Barbón, presidente de Asturias -por si alguien tuviera dudas, el homólogo a nuestro presidente autonómico Fernández Mañueco-, tuvo a bien recibir a la delegación abulense, con la que se comprometió a visitar nuestra tierra la próxima primavera, para cuando está prevista la visita de chicos asturianos a Ávila. También el presidente del Parlamento asturiano, Marcelino Marcos, -el homólogo a Carlos Pollán de Castilla y León-, participó en una actividad del foro con los abulenses.
Asturias es una tierra que siempre me ha generado simpatía, donde he cosechado grandes amigos, incluso por ascendencia materna los lazos se estrechan con la cuenca minera, lugar que he visitado en infinidad de ocasiones. Por cierto, que el presidente asturiano me insistió en que le sonaba de algo, y solo podía pensar que he estado en numerosas ocasiones en la localidad de la que él fue alcalde, Pola de Laviana. 
El caso es que en unos meses los asturianos volverán a Ávila, punto de encuentro desde donde partirán a otras excursiones por nuestros alrededores. Y sería deseable que se recuperara la oportunidad de que chicos abulenses pudieran conocer Asturias. Más allá de que el programa sirve para llevar el nombre de Ávila fuera de nuestros límites provinciales, y nuestra provincia se ha convertido en un referente para varias generaciones asturianas, sería justo que encontrara su homologación con Castilla y León en general, más allá de las diferencias de ambas comunidades. 
Al final, en este encuentro, en el que también participaron los alcaldes de Vegadeo, César Álvarez, Castropol, Francisco Javier Vinjoy, y la alcaldesa de Ibias, Gema Álvarez, pudiendo departir con los alcaldes abulenses sobre las singularidades y problemáticas de entornos con ciertas similitudes, se ponen cuestiones en común, y se intercambian experiencias -no solo para estudiantes, sino también para alcaldes y alcaldesas, como ven-, que enriquecen el complejo mundo que hay que gestionar.
Sí quiero concluir con una reflexión que me hice tras este viaje. El concepto de comarca está mucho más interiorizado y asumido en Asturias que en Castilla y León, al menos que en Ávila. ¿Se imaginan que varios alcaldes de una zona se ponen de acuerdo para ubicar, por ejemplo, una industria o un polígono en un lugar concreto? Me cuesta verlo y, sin embargo, me he dado cuenta una vez que no solo se puede, sino que se hace y funciona. Y encima sus alcaldes le dan normalidad.