Ridley Scott: un director singular

Pablo de Carlos
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El realizador inglés, a sus 84 años, no deja de firmar trabajos de gran calidad, como el soberbio filme 'La casa Gucci', con Jeremy Irons, Al Pacino, Lady Gaga y Adam Driver

Ridley Scott: un director singular

En 2021, Ridley Scott estrenó dos títulos a cual mejor y más dispar. Por un lado, El último duelo, de sublime ambientación medieval, y, por otro, La casa Gucci, drama criminal en torno al asesinato, en 1995, de Maurizio Gucci, nieto del fundador del imperio de la moda, por orden de su exmujer, Patrizia Reggiani. Este último filme, que ya está en DVD y Blu ray, cuenta con un reparto de lujo: Al Pacino, Adam Driver, Lady Gaga, Jeremy Irons... Y es que muchos quieren trabajar con el inglés. 

El reconocimiento le vino a Scott muy temprano con dos de los pilares centrales del género de ciencia ficción: Alien, el octavo pasajero (1979) y, sobre todo, Blade Runner (1982). En ambos casos redefinió el género dándole una atmósfera noir e inquietante que marcaron escuela y se han convertido en un referente. Legend (1985) es la tercera película que hace tras estos pesos pesados y marca la tercera tendencia de este cineasta: la del medievo. Sin embargo, no funcionó como se esperaba y lo mismo pasó con sus dos títulos siguientes: La sombra del testigo (1987) y Black Rain (1989). 

Hasta que llegaría Thelma & Louise en 1991, que le volvería a aupar en Hollywood. Esta road movie consiguió que sus protagonistas, Susan Sarandon y Geena Davis, fueran nominadas a los Oscar ese año. Tras este éxito, y en conmemoración de los 500 años de la conquista de América, realizó 1492: la conquista del paraíso como primera incursión al cine histórico con unos resultados moderados. También los obtuvo de sus siguientes filmes: Tormenta blanca (1997) y La teniente O'Neil (1998). Esta última ahondando en otro de las constantes de su cine, que es el ensalzamiento de la figura femenina, como ya vimos desde un inicio con la teniente Ripley de Alien. 

El siglo XXI lo comenzó por todo lo alto de nuevo con una cinta de corte histórico: Gladiator. Este también fue el filme que encumbró a su protagonista, Russell Crowe, que a partir de ahí se convertiría en el actor fetiche del director. La propuesta fue un rotundo éxito, consiguiendo hasta cinco Oscar, entre ellos, mejor actor y mejor película. 

Sin embargo, en sus posteriores títulos no revalidaría tal éxito. Su siguiente película fue Hannibal (2001), segunda parte de la magnífica El silencio de los corderos, pero que no llegó a su altura. La primera década fue alternando buenos títulos como El reino de los cielos (2005), con una soberbia recreación del período de las cruzadas, o American Gangster (2007), con un fantástico duelo interpretativo entre Denzel Washington y Russell Crowe con otras de menor significación: Los impostores (2003), Un buen año (2006) y Red de mentiras (2008)

La segunda década volvería a contar con Crowe para otra película de corte histórico, Robin Hood, aunque pinchó. También el regreso a la franquicia de Alien que, tras tres títulos, andaba a la deriva. Prometheus (2012) iba a ser una cinta de orígenes en la que se nos contaría el germen extraterrestre y la creación de los xenomorfos, pero su planteamiento no llegó a convencer a los fans de la saga y menos aún su continuación Alien: Covenant, de 2017. Entre medias filmó películas tan dispares como el thriller político El consejero (2013), el drama bíblico Exodus (2014) o el thriller de ciencia ficción The martian (2015). Tras otro titulo menor como es Todo el dinero del mundo, llegaron de una tacada, El último duelo y La casa Gucci

 Ahora está inmerso en dos proyectos: Gladiator 2 (ya hay guion) y Kitbag, un biopic sobre Napoleón, con Joaquim Phoenix como protagonista.