Se dice que todos llevamos en una parte de nuestro ser un niño escondido, que aflora mucho más, en nuestra "vejez", personalmente si el estudio sobre este tema esta acertado, me parece estupendo, dejar debed en cuando que otras ilusiones invadan nuestra mente, aunque sea por una sola noche al año. Y dejarnos sorprender de la magia que otros nos puedan ofrecer, esposa, hijos, amigos etc. y permitirnos sentir esa inocencia, y credibilidad del momento, me parece estupendo, pues estamos atiempo, hoy mismo de llenar de ilusión nuestra mente, y pongamos nuestra zapatilla, nuestros zapatos bien lustrosos, algo decomida para los camellos, un poco de roscón para los Reyes y Pajes, y adormir, en esperar al día siguiente.
El evangelista Mateo al mencionarlos, no dice ni cuántos eran, ni cómo se llamaban, ni cuál era su magia, ni de qué misterioso Oriente venían. ¿Eran persas, caldeos o árabes? La noticia de Mateo, dio origen a la inspiración de magníficas obras de arte. Los llamados Magos de Oriente no recibieron nombres ni fueron coronados Reyes hasta el siglo VI. Año tras año, sabios y doctores de la Iglesia fueron completando su historia. La adoración de los Reyes es un motivo pictórico predilecto del medievo, alcanzó magnífico esplendor y difusión en manos de los grandes pintores de época renacentista, Masaccio, Fra Angelico, Gozzoli, Botticelli, en Italia; Van der Weyden, Memling, El Bosco y Rubens, en Flandes, y El Greco,Velázquez y otros, en España.
Escribe Cesáreo de Arlés que en el siglo VI "Aquellos tresmagos son llamados Reyes ". Por entonces estaban plasmados en un brillante mosaico de San Apolinar Nuevo en Rávena, los tres conatuendos de magos iraníes, llevan gorro frigio y típicas calzas orientales, están escritos los nombres ya sobre sus figuras, y avanzan uno tras otro, llevando alegres sus tres regalos al Niño Dios, no tardando luego en reaparecer definitivamente como Reyes, con suntuosas vestimentas de seda y sendas coronas de oro.
Por esa época, el nombre de "mago" suscitaba recelos, y la magia, blanca o negra, era una práctica sospechosa, así qué con el apoyo de una bíblica profecía de Isaías, los magos fueron ascendidos ha Reyes. La Epifanía acentúa así su simbolismo, los ricos monarcas se humillan ante el Divino Niño. En el siglo XIII, se recoge y ordena un aluvión de comentarios que explica sus aspectos simbólicos, los tres regalos vienen a expresar la triple naturaleza del recién nacido,el oro era para el Rey, la mirra para el Hombre, el incienso para el Dios. Y los tres Reyes representan las tres tribus bíblicas de Sem, Cam y Jafet es decir, Asia, Europa y África. Pero a los Magos aún les quedaba un segundo viaje peregrino después de muertos. Se cuenta que tras volver de Belén, y volver a sus países,
murieron allí, siendo enterrados en la lejana y fabulosa ciudad de Saba. Pasados unos siglos, vino a desenterrar sus huesos, una piadosa dama y acreditada descubridora de reliquias, Santa Elena,madre del emperador Constantino, y con el apoyo imperial se los llevó a Constantinopla. De allí logró rescatarlos Eustorgio, obispo de Milán, que trasladó a los tres en un sarcófago hasta su diócesis. Algunos siglos más tarde, aprovechándose del saqueo de la ciudad por el emperador alemán Federico Barbarroja hacia 1164, el Arzobispo de Colonia Reinaldo de Dassel logró hábilmente apoderarse de los venerables restos regios, y los trasladó, en un viaje arriesgado, a su ciudad, y a orillas del Rin descansarían al fin, como refulgentes reliquias, adoradas como gran tesoro en un áureo arcón, y , a su mayor gloria comenzó a construirse la gran catedral de
Colonia.