Editorial

La AECC en Ávila, un ejemplo para la sociedad abulense

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La Asociación Española Contra el Cáncer en Ávila celebró un año más su cuestación anual, en una edición muy especial para esta entidad por distintas circunstancias, una de ellas, muy emotiva, la despedida del que ha sido su presidente durante los últimos ocho años, José Ignacio Paradinas, que deja el cargo tras haber cumplido el plazo máximo para ejercerlo.

Se cumple, por tanto, el fn de un ciclo en el que la AECC en Ávila se ha convertido, aún más si cabe, en una entidad con especial relevancia en la sociedad abulense, ganando presencia mediática y convirtiéndose en el verdadero impulsor de que el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles vaya a contar con una unidad satélite de radioterapia. 

Ha sido una ardua lucha en la que José Ignacio Paradinas, junto a su equipo, puso todo su empeño y que finalmente se podrá ver recompensado, toda vez que se espera que las obras del búnker estarán concluidas el próximo mes de junio, también se espera que «en breve» llegue el acelerador lineal y cabe confiar en que antes de que termine el año se estén aplicando los primeros tratamientos de radioterapia desde estas nuevas instalaciones. Porque no hay que olvidar que fue la AECC, liderada por Paradinas, la que se puso al frente de esta reivindicación histórica de la sociedad abulense, muchos de los cuales han sufrido lo que supone recibir un tratamiento de radioterapia teniendo que desplazarse a otras provincias, con lo que ello conlleva, y más en aquellos casos en los que no cuenta con un transporte adaptado a sus necesidades. No fue fácil convencer a la Junta de Castilla y León de los beneficios que podría reportar este proyecto, pero el aval que lograron al recopilar 48.000 firmas, al que se sumaron también de forma decidida las instituciones abulenses, así como muchas otras entidades representativas de todo el tejido social abulense, fue el punto de inflexión que derivó en un proyecto que hoy ya está más cercano.

Esa tenacidad, esa entrega, esa capacidad para tocar todas las puertas para lograr un objetivo loable, que era respaldado por la práctica totalidad de la sociedad, debería servir de ejemplo a los abulenses para demostrar que cuando algo se desea con ahínco es posible conseguirlo. Muchas de esas reivindicaciones históricas que se demoran con nulos avances puede que un día caigan en el olvido si nadie es capaz de dar un paso al frente y liderar ese movimiento que haga que las administraciones abulenses encuentren ese respaldo social que muchas veces es necesario para que Gobierno central y Junta de Castilla y León sean sensibles con las necesidades de esta tierra. 

La radioterapia ya está próxima, y habrá que esperar que nada se tuerza en esta recta final. Y solo hay que desear que las grandes expectativas que se han puesto para su implantación colmen los deseos de los abulenses con un servicio de calidad y que realmente haga la vida más fácil a los pacientes afectados por cáncer así como a sus familias, que al final es el gran objetivo de este sueño que se va a convertir en realidad.