Ayer hizo ocho años que tomó las riendas de la junta provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer de Ávila y, como señalan los estatutos, ayer dejó la presidencia para dar paso a otra persona, que continue la muy buena labor realizada, junto a su equipo, en beneficio de los enfermos de cáncer de la provincia.
Ignacio, Nacho Paradinas, a los pocos meses de jubilarse como arquitecto y fruto de la confabulación, como él dice, de varias mujeres comenzó a contactar con una Asociación que conocía de oídas solo pues, en su círculo más cercano, no había alguien con cáncer. Le engatusaron, entró como vocal y tiempo después fue nombrado presidente. Se encontró con una Asociación en no buenas condiciones, de la que se marcharon varios de sus dirigentes, voluntarios y socios, con solo tres personas profesionales, a la vez que con una sede pequeña y en pésimo estado. 
 Ello no le desanimó en absoluto. Al contrario, le sirvió como estímulo ilusionante -junto al resto de su directiva- y prioritario ponerse a trabajar con los objetivos de lograr lo mejor para los enfermos de cáncer que hay en la provincia, atender a sus familias, hacer que la AECC se conociera más, concienciar a los abulenses de la importante labor que realizan y aumentar el número de colaboradores. 
Hoy en día cuenta con seis profesionales en la nueva y amplia sede, sobrepasando el centenar de personas voluntarias, la mayoría mujeres. De no llegar a los seiscientos socios, cuando tomó la presidencia de la Asociación, superar los tres mil. Ello he hecho que los ingresos se multipliquen por tres dedicándolos, en gran medida, a prestar más servicios a las personas que padecen de cáncer. 
Han logrado abrir siete juntas locales de la AECC –Arenas de San Pedro, Arévalo, Candeleda, Cebreros, El Tiemblo, Las Navas del Marqués y Piedrahita– donde trabajan con mucha ilusión y prestan servicios a las personas que a ellas acuden. En la capital cuentan con dos casas de acogida, para los familiares de enfermos, sitas en Naturávila y cedidas por la Diputación.
Pero se ha ido de la presidencia de la Asociación Española Contra el Cáncer en Ávila con una espina clavada, llamada Radioterapia, hace siete años y aún no ha podido sacarse. Un servicio –faltan otros– de total necesidad, para evitar los muchos daños que se ocasionan a los más de 400 enfermos de cáncer en la provincia. Han de viajar, casi diariamente, a Salamanca o Valladolid para ser tratados. Desplazamientos que les supone unas ocho horas muy duras, desde que les recoge la ambulancia hasta que les devuelve a casa. Algunos optan hacer el viaje en coche familiar, tras el anuncio –no cumplido– de la Junta de darles una cantidad por el viaje. De los cerca de 20 euros señalados han quedado en uno y medio, que, incluso, a veces ni abonan. Se propuso hicieran lo mismo que el Gobierno de Aragón, pagar los desplazamientos en taxi, pero la Junta no quiso. Tiene firmado un contrato con la empresa 'Ambuiberica' y rescindirlo supondría un elevado coste.
Años de lucha de Nacho y la Asociación –respaldada por más de 48.000 abulenses, instituciones, ayuntamientos, Diputación, medios de comunicación, sindicatos, patronal y la Sociedad Española de Oncología Radioterápica– frente al muro del gobierno autonómico de Juan Vicente Herrera. Su consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, no hizo más que «poner zancadillas», malas formas y forzar a sus subordinados a redactar un informe contrario a la Radioterapia en Ávila. Con el cambio en la presidencia de la Junta, que ahora lo considera «el proyecto más importante para los abulenses», tuvo que envainársela y»donde dije digo, digo Diego» dando luz verde a su construcción.
Un proceso muy largo con el búnker ya casi terminado en espera de la llegada, montaje, pruebas del acelerador y la venida del personal sanitario, que se está formando, para a principios de 2023 iniciar los tratamientos.
A pesar del absurdo tiempo perdido –por capricho de un consejero apoyado por la Junta– y no contar con un Hospital de Dia de Oncología, que sustituya al actual en lamentable estado, así como otra junta local en Sotillo, Ignacio Paradinas ha dejado la presidencia de la AECC de Ávila satisfecho de haber contribuido con su equipo a ayudar a muchas personas y recibir el respaldo de los abulenses.
Ocho años de duro y buen trabajo en beneficio de los enfermos de cáncer, sus familias y Ávila.
¡Gracias, Nacho!