Se acabó la imbatibilidad del Real Ávila en la presente temporada. Siete partidos después el conjunto abulense cayó derrotado por primera vez en la Liga, y lo hizo en el siempre complicado campo del Almazán, en donde los abulenses desaprovecharon dos penalties y perdieron porque los sorianos sí que aprovecharon el que tuvieron a favor en el tramo final. 

Una derrota en siete partidos no es un mal balance para el equipo de Borja Rubiato, si no fuera porque acumula, además, cuatro empates y suma solo dos victorias, lo que deja a los abulenses en mitad de la tabla, lejos (9, 7 y 6 puntos) de los tres primeros, pero muy cerca (2 y 1 punto), del cuarto y quinto, lo que le deja a expensas de una buena racha de resultados para consolidarse en esa zona media alta.

Ahora le llegan dos partidos, en casa el próximo domingo ante el Santa Marta de Tormes y fuera el día 6 de noviembre contra el Júpiter Leonés, que pueden ayudar a que el equipo encuentre una mínima regularidad en resultados, ya que ambos equipos están en la zona  baja de la clasificación.

Enganchar dos buenos resultados en estos dos choques sería muy importante para el equipo encarnado, no sólo para ganar en confianza, sino también para afrontar con más tranquilidad el parón del fin de semana del 12 y 13 de noviembre, y afrontar con más garantías la vuelta al Adolfo Suárez el 20 de noviembre ante La Virgen del Camino.

Este es el trayecto, a corto plazo, que le espera al Real Ávila, pendiente de que pueda reforzar su plantilla, tal y como ha pedido su entrenador, que considera necesario fichar a un lateral izquierdo y a un carrilero por la derecha, pensando en mejorar la competitividad tanto interna como en los partidos, con lo que el equipo podría subir su nivel.