Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Silbidos

20/10/2022

Que quieren que les diga. No me gusta ni comparto que se silbe o abuchee al presidente del gobierno. Tampoco a ningún otro representante público. Las instituciones están para respetarlas y nos representan a todos. También un presidente lo hace y debe hacerlo. No caigamos en el sectarismo. Y menos el día de la fiesta nacional. Donde ya nada decimos de dos presidentes autonómicos que recelan y rechazan su presencia porque ellos representan a ese mismo estado que les da todo e tre prebendas y cupos, lenguas y millones de euros en inversiones.
Eso sí  es una falta de respeto a todos, también a vascos y catalanes. Pero cada 12 de octubre que en sí mismo encierra muchas lecturas y peculiaridades en función de las sensibilidades,  se ha convertido también en el altavoz del rechazo en modo de abucheos y silbidos siempre y cuando gobierna la izquierda. Ni a Aznar ni a Rajoy abucheaban tal día. 
Respetar las instituciones, la bandera, los himnos de nada sirve si no se hace lo propio con las personas. Y el perjuicio se hace a la convivencia. A los valores democráticos. No negamos el derecho a la libertad de expresión pero sí aie se haga desde la tolerancia, el respeto y la razonabilidad. 
Llegarán en breve elecciones que so  el verdadero lugar donde plasmar el desencanto, la afrenta y el hartazgo de unos y otros. Donde se medirá el éxito o el fracaso. O donde se plasmará el cainismo visceral que nos preside en cuanto en la palestra salta la política. La trinchera y la polarización son, desgraciadamente un adn que nos corroe u devora. Algo congénito en este desvencijado solar patrio.
Lástima de una sociedad que no piensa por sí misma y se deja manipular. Lástima cuando la abulia y la dejadez toman asiento. Lástima cuando lo fácil es la pataleta y es utilizada por el adversario pero para que nada en realidad cambie.
Por supuesto que a un jefe de estado no se le puede hacer esperar. Llámese Pedro Sánchez llámese Joe Biden, que tuvo casi  10 minutos al rey al pie de la escalerilla sin perder compostura ni estatura cívica. Lástima que cuando nuestro rey viaja a EEUU ningún presidente norteamericano hace lo propio. Cortesías que tal vez son excesivas. Pero que nos retratan. Indefectiblemente.
Silben, bronqueen, griten de acuerdo pero primero hagan autoexamen de civismo y educación. El día 12 de octubre es una fiesta y un recuerdo a miles de militares que perdieron su vida. Y anda que no hay días en el año.