"La mayor parte de los clientes los tenemos desde hace años"

I.Camarero Jiménez
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Trabajador incansable, Roberto Encinar, comenzó como pintor de la mano de su padre, Rufino, y desde 2004 dirige una empresa bien conocida en la capital pero también en ciudades cercanas. ¿Su carta de presentación? Un trato amable, cercano...

"La mayor parte de los clientes los tenemos desde hace años" - Foto: Isabel García

Roberto Encinar (Ávila, 1970) es uno de esos abulenses que a todo el mundo ‘suena’ cuando ve su rostro y más si le ve ataviado con su uniforme de pintor. Mucho se mueve y trabaja ¡cómo para no verle! A él o el nombre de su empresa que no sólo se limita a las furgonetas y camiones de trabajo, pues además está detrás de no pocos patrocinios deportivos de la ciudad, sobre todo de fútbol, pero también de atletismo, triatlón... De algún modo «no sé decir que no», ni quiere hacerlo, está claro. 

Es muy probable que este incansable trabajador haya estado en su casa o en la de algún conocido redecorando las paredes y es así porque en nuestra ciudad (y en nuestra provincia) mucho funciona por el boca a boca y en el caso de Encinar ese boca a boca se lleva extendiendo casi dos décadas. 

Diecisiete  años tiene su empresa, Pinpocho, que son «los mismos que mi hijo mayor», afirma. Aunque ya antes de dar forma a un negocio propio había ayudado a su padre, Rufino, en el oficio, que después heredó, y todo parece indicar que a «mucha honra». Esos veranos en los que había más trabajo y había que echar una mano a su padre no dudaba en acudir y así lo hizo durante tres años hasta que se organizó por su cuenta.

Está claro que no le ha ido mal, cuenta con una plantilla de 12 trabajadores y es rara la semana que no tienen en la agenda hasta una quincena de trabajos, tanto en Ávila, como en Madrid y en otros lugares de Castilla y León. 

Son hombres, todos sus empleados, de plena confianza y con muchos años de labor a sus espaldas (uno de ellos incluso trabajaba ya con su padre y hoy sigue con el hijo. De hecho fueron más pero se han ido jubilando). Reconoce que en ocasiones deberían ser más, «quince con toda seguridad», como así ha sido en otras épocas, pues el volumen de trabajo lo precisa, pero necesita a personal que pueda dejar solo trabajando, verdaderos especialistas en la materia a los que no tenga que supervisar. Sí ir a ver, ¡cómo no!»! Pero dejándoles con libertad de movimientos.

En esta época de crisis de la que aún no hemos salido, Roberto Encinar, reconoce que «apenas paramos los 15 primeros días de aquel estado de alarma». Ninguno de sus chicos tuvo que ir ni a EREs ni a ERTEs, tantearon y lo solucionaron con «15 días de vacaciones y, luego, a arrancar otra vez». 

 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

La ciudad donde vivo y donde trabajo, pero ante todo el lugar en el quiero estar.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Pues su gente y el hecho de que puedan ir a prácticamente todos los sitios andando.

¿Y lo que menos?

Pues que estamos en una ciudad tremendamente envejecida, con poca juventud y sobre todo con poca juventud que pueda quedarse  a vivir aquí.

Un lugar para perderse…

Yo creo que el parque de San Antonio, todo un referente puesto que yo he vivido en la zona de La Cacharra. También Candeleda, un lugar al que iba a pescar con mi padre . Desde los dos meses hasta los 20 años prácticamente iba cada fin de semana desde que pasaban los Reyes hasta el 30 de junio y después, en periodos de pesca.

Un recuerdo de la infancia…

Claramente esos fines de semana pescando con mi padre, Rufino.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Mi padre, sin duda, tanto en lo profesional como en lo personal.

El mayor cambio que necesita Ávila ...

Tener buenas comunicaciones en general pero, especialmente con Madrid. Ya no hace falta que traigan industrias porque si las comunicaciones son buenas puede que haya gente que trabaje fuera que se quede aquí a vivir.Pero esa mejora en las comunicaciones es fundamental y si es gratis, mejor.  

Y Ávila tiene que mantener…

Mantener la historia y el patrimonio que nos caracteriza y el carácter de sus gentes porque a partir de ahí lo demás viene rodado.

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

 Pues la ciudad en sí misma está muy bien, pero como decía muy mal comunicada. Es fundamental mejorar las conexiones con Madrid, con Valladolid, con Salamanca pero sin duda sobre todo con Madrid. Hablamos de tren, de autobús...

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Envejecida como lo está ahora, pero espero que con más salidas laborales para los jóvenes.

¿Qué puede aportar a la provincia de Ávila?

Ante todo trabajo y experiencia de años en la empresa pero también gratitud, la que tengo hacia la gente de Ávila que me ha dado su confianza.

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