"Me identifico con la ciudad, con su carácter"

Ester Bueno
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'Woody' no entiende la vida fuera de Ávila, la ciudad en la que ha desarrollado su vida personal y familiar, el sitio al que desea volver y que nunca dejará. Su tesón y el trabajo le han convertido en una de las personas más conocidas de Ávila

«Me identifico con la ciudad, con su carácter" - Foto: Isabel García

José Antonio García Llorente es entusiasta, emprendedor, valora la amistad por encima de todo y tiene la capacidad de convertir las dificultades en oportunidades. Y esto es así desde que era muy pequeño, cuando en el colegio comenzaron a llamarle 'Woody', porque tenía un flequillo, que aún conserva como seña de identidad, que se parecía al del personaje de dibujos animados de Universal Estudios, Woody Woodpecker.  «La verdad es que comenzó como un mote, para fastidiarme, y al principio no me hizo gracia, pero después pensé, pues no está tan mal el nombre, y desde allí para la mayoría de la gente soy 'Woody'» nos cuenta. Recuerda su infancia en el bar de sus padres, El Ruedo, anexo a la casa en la que vivían, «pasaba mucho tiempo allí, observando todo, a mi padre, a los clientes, creo que por todo eso fui cultivando ese lado sociable que está muy presente en mi personalidad, y así la hostelería ha formado parte de mi vida desde siempre» apunta. «Recuerdo la ciudad mucho menos activa que ahora, en cuanto al turismo se refiere, había pocos sitios en los que se daban comidas, por ejemplo, en esto mi padre fue pionero». Woody reconoce que en los estudios no se esforzaba mucho y esto les hacía sufrir a Antonio y María Rosa, sus padres, «me arrepiento de haberles hecho sentir mal en esa época pero la realidad es que quería ser empresario desde siempre. Tengo que decir que mis padres son mis grandes referentes en la vida y que los dos me han apoyado sin fisuras en todo lo que he ido emprendiendo».

¿Cuándo comenzaste a volar solo como empresario?

Empecé a trabajar con mi padre muy pronto, desde abajo, recogiendo vasos, limpiando, en definitiva un aprendizaje necesario, y me encantaba, sabía ya que ese sería mi futuro y que me quería dedicar a la hostelería. A los 17 años era capaz de llevar un comedor, era creativo, tenía ideas. Transcurrió el tiempo, seguí avanzando en conocimientos y más adelante surgió la oportunidad de hacerme cargo del Hostal San Juan y me lancé.  En ese momento me acababa de casar y en pareja iniciamos un proyecto de esfuerzo, con un poco de miedo, con mucha ilusión y con la determinación de que todo fuera bien. 

Después, mi afán por superarme, por crecer, me lleva a abrir lo que es hoy De Cine y lo que fue entonces La Alcazaba, que da nombre a los galardones anuales que organizo. Es el negocio de mi vida porque fue la primera vez que me arriesgaba a invertir una cantidad muy grande de dinero, y aunque mis padres siempre estuvieron ahí, apoyándome, respaldándome, tenía claro que era una responsabilidad únicamente mía y que no podía comprometerles nunca. Este fue mi primer gran proyecto y le tengo muchísimo cariño, lo compré solo y siempre ha funcionado bien, le he metido mucho tiempo y mucha dedicación.

Y a partir de aquí, seguiste con otros proyectos

Sí, después abrimos una tienda de ropa y complementos, Tukanae, de la que se hizo cargo mi pareja, aunque yo también estaba al tanto y colaboraba en los procesos de compras, etc. Estuvimos unos años con la tienda, pero entonces el Hostal pedía más dedicación y decidimos traspasar la tienda y pusimos nuestra máxima energía y atención en el hostal San Juan. Sofía conocía el negocio en profundidad y lo hizo muy bien, estableció bases sólidas para su funcionamiento. 

Más tarde comenzamos también una empresa de eventos, Woody Events, estuvimos muchos años con ella. Comenzamos organizando los conciertos para las fiesta de Ávila, en principio, y traíamos artistas de primer nivel: Melendi, Malú, Marta Sánchez, Dani Martín, muchos grupos conocidos, lo recuerdo como una época fantástica. Lo que más me gustaba era disfrutar de la música después de todo el trabajo realizado para que saliera bien, una satisfacción difícil de explicar, cuando el artista sube al escenario y ves a la gente cantando y bailando. El que con más cariño recuerdo fue el de Hombres G porque soy muy fan de ellos y me lo pasé fenomenal, fui al camerino, les conocí, es el concierto que más ilusión me ha hecho por afinidad con ellos.

También con Woody Events, y con un grupo de empresarios de Ávila, nos hicimos cargo del 88 Torreones, con una concesión administrativa del Ayuntamiento, hemos implementado muchas cosas interesantes para la ciudad, y aunque realmente no era una empresa especialmente competitiva y boyante, daba un servicio a la ciudad que duró hasta el momento de la pandemia que fue una época difícil para algunos sectores. 

Más tarde ya vino Monjaraz, la Hostería de Bracamonte, después de que mi tío falleciera.

¿Qué significa tu tío Costa para ti?

En primer lugar quiero decir que mi tío Costa ha hecho muchísimo por esta ciudad y que ha sido un referente en la hostelería y el turismo, en momentos en que el turismo en Ávila aún no había despegado. Él contribuyó de una manera decidida y definitiva para que Ávila fuera conocida fuera, que trajo sus conocimientos adquiridos de sus negocios en Madrid y que apostó por la ciudad. Empezó con mi padre y mi abuelo en el Bar Gloria en Ávila. Luego mi padre y él se fueron a Madrid y abrieron un restaurante en Manuel Becerra. Mi padre volvió a Ávila y mi tío abrió el restaurante El Paraíso en la calle Hortaleza. Era un lugar precioso, donde iba mucha gente famosa, muy conocido en la capital. Pero finalmente apostó por venirse a Ávila, con ilusiones renovadas, cerca de su familia, cerca de sus padres mayores, con sus sobrinos, nos adoraba. 

He tenido la suerte de aprender de él. Quería a todos los sobrinos muchísimo, pero quizás mi primo Juampa y yo éramos los que estábamos más cerca, compartíamos muchas cosas con Costa, muchos momentos. 

Después de mis padres, mi tío Costa es la persona que más me ha enseñado, que me ha inspirado en el terreno empresarial, pero también en el vital. Era una persona sobre todo buena y solidaria, aún me sorprendo de la cantidad de gente que me dice que les ayudó en algún momento de sus vidas. Era muy inteligente y tenía una visión especial para los negocios, sabía marcar objetivos y alcanzarlos, y nunca te aburrías a su lado, también tenía un sentido de humor muy especial, muy divertido.

He tenido la suerte de que la vida me ha tratado bien, no he tenido grandes problemas, pero recuerdo la muerte de mi tío como un momento extremadamente difícil, me costó mucho asumir su pérdida y le recuerdo siempre. 

¿Crees que sería necesario un reconocimiento público por parte de la ciudad?

Desde luego, creo que por todo lo que hizo por Ávila y por el turismo y la imagen de la ciudad es imprescindible este reconocimiento. De hecho hay un proyecto iniciado y pendiente desde hace años, con financiación y proyección, que está en stand by y que esperemos que se lleve a cabo en breve y que no caiga en el olvido. 

Esta pérdida también llevo a  hacerte cargo de Monjaraz

Fue un momento de inflexión vital, como te digo, y además estaba el proyecto más querido por mi tío, su Hostería de Bracamonte, ahora Palacio de Monjaraz. Se cerró durante un tiempo, alrededor de cuatro años, y después comenzamos a hacernos cargo de ello un primo de cada una de las tres familias, primero como empleados y luego como propietarios, pero siempre con la armonía de todos.

Sois una familia muy unida, y que os ayudáis

Hacemos un equipo, confiamos los unos en los otros, nos ayudamos y nos apoyamos en todo lo que podemos. A mi entender uno de los grandes logros de nuestros padres y de nuestro tío Costa es habernos inculcado esa visión fundamental y solidaria de la familia, creo que nos hace más fuertes como personas, pero también como emprendedores. Lo que nos une es el cariño, estamos permanentemente en contacto, entrenamos juntos, nos reímos juntos, viajamos juntos muchas veces. Es una de nuestras grandes fortalezas. Fíjate que venimos de una familia en la que nuestros abuelos vendieron sus vacas en el pueblo, se trasladaron a Ávila cogiendo un traspaso de un bar, el Bar Gloria, y ahora en nuestra generación seguimos con su legado y creciendo juntos. Además, aparte de nuestras empresas, todos aportamos lo que podemos y estamos potenciando la imagen de Ávila desde distintas perspectivas: la música, la arqueología, lo artístico y lo creativo. 

Háblame de los premios La Alcazaba

Los premios nacen con la idea de potenciar la imagen de Ávila hacia el exterior, visto con años de distancia creo que esto es así.  En cierto momento hablé con mi tío Costa y le dije que me gustaría seguir un poco sus pasos en ese tipo de encuentros que él hacía, ya desde hacía años. Aprendí de él cómo gestionar esta clase de acontecimientos, los pasos a seguir, y en la primera edición ya estuvieron personas muy conocidas, como Iker Casillas por ejemplo y también amigos muy relevantes de Costa. Él me aconsejó que lo enfocara con una perspectiva de celebración de aniversario de La Alcalzaba y otorgando premios y así nació.  Pero en lo que he puesto el acento ha sido en que el evento vaya creciendo, y sobre todo busco proyectar la imagen de Ávila y de todas las personas que luchan día a día para hacer de nuestra ciudad un lugar de atracción, una marca de calidad. Es verdad que esta idea empezó muy relacionado con mi faceta empresarial personal, pero ya se ha despegado de este concepto y es algo de todos. Por ejemplo este año los premios se van a hacer en El Palacio de los Velada, ni siquiera en Monjaraz, y es que está creciendo tanto este escaparate para mostrar nuestra ciudad que es necesario buscar espacios más grandes y dar participación activa a toda la gente posible. 

¿Cómo consigues traer a gente tan relevante?

No hay secretos, es una forma de crecer sostenible, poco a poco he ido conociendo gente, apoyado también en la empresa de eventos, también por mi carácter extrovertido, porque son unos premios amables, de afecto, al final se corre la voz de la gestión, de la intención, y todo va fluyendo.

¿Qué sentimiento tienes hacia Ávila?

Ávila es donde quiero vivir, soy muy de mi tierra. Viajo mucho pero siento la ciudad como algo sin lo que no puedo estar, me encanta volver, me gusta sentir que pertenezco aquí, resaltaría ese sentimiento de pertenencia que me inspira Ávila. Me identifico con la ciudad, con su carácter, con la impronta de tantos que dejaron aquí su huella y su historia vital. Mi familia, mis hijos, es mi identidad. No me planteo irme de aquí en ningún momento. No habría sabido hacer las cosas como las he hecho aquí en otro lugar.   Siento orgullo de mostrar Ávila y de darla a conocer donde vaya, que me asocien con la ciudad es algo que me impresiona. 

Como ejemplo final de por qué quiero tanto a Ávila, diría que es porque por una votación popular, donde participaron muchos abulense en un proceso largo,  me eligieron como abulense del año, un galardón que inició en cierto momento el Ayuntamiento. Eso de que tantas personas me consideraran para darme este premio fue uno de las grandes alegrías que he tenido. 

Entremos en tu faceta de escritor y en tu primera novela

Siempre he escrito, he leído mucho desde que era un niño, escribía poesía cuando era más joven, pero también me ha gustado sentarme a plasmar mis reflexiones, mis vivencias. Gané en el colegio premios de narrativa, he escrito muchos artículos de prensa. Pero la idea de este libro, surgió en un viaje en tren a París. En este trayecto largo me planteé escribir la historia de mi abuelo, con esa intención comencé en ese tren, pero más tarde decidí hacer algo menos ligado a  lo real y ponerlo en un escenario más contemporáneo, situándolo en el momento  en que muere Franco e imbricando el argumento en la sociedad tan cambiante de esa época en concreto. 

Tardé mucho en escribirla pero la pandemia me dio el tiempo y la paciencia para poder realmente culminar este proyecto que me ilusionaba tanto. 

Me está dando muchas alegrías, es muy especial tener el libro entre las manos por primera vez, ver la portada, sentir que la gente la acoge con interés.

¿La verdad está en camino tendrá continuidad?

Es el primer libro de una trilogía. Ya tengo diseñadas las historias, las tramas, que vendrán en los próximos dos libros. Escribir se ha convertido en una necesidad para mí, me hace sentir bien y es una faceta que quiero continuar. 

¿Cómo te ves en los próximos años?

Sobre todo quiero disfrutar del trabajo hecho, seguir luchando por mis proyectos empresariales pero quizás desde un punto vital más armónico, más relajado. Escribir, ayudar en lo posible a seguir impulsando Ávila desde los galardones La Alcazaba y disfrutar de mi familia, de mis hijos, de mis amigos.