José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Reflexiones de Teresa

14/04/2022

La educación es muy importante. Todos los demás bienes son humanos y no me merecen ser deseados con gran empeño, excepto lo necesario para tener cubiertas las necesidades básicas. La riquezas, muchas veces depende de la suerte, que te la quita y te la da. La belleza es temporal. La salud inconstante. La fuerza física se pierde, con la enfermedad y la vejez. 
La educación es inmortal. Sólo la inteligencia rejuvenece con los años y añade sabiduría a la vejez. Ni siquiera la guerra que todo lo destruye, puede quitarte lo que sabes. 
En las guerras los jóvenes más nobles se convierten en máquinas de matar, en asesinos sin escrúpulos, me pregunto, por qué, una persona, que estudia, que trabaja, que es como cualquiera de los jóvenes que conocemos es capaz de ir a la guerra y hacer esas barbaridades. 
Reflexiones que se mantienen vivas.  
Nuestra sociedad, todos nosotros, necesitamos educación para seguir por caminos seguros, con las luces y las enseñanzas de nuestra historia real, sin censuras doctrinarias en fruto que entregar a los administradores de las ambiciones políticas de turno, y de sus líos acerca de la verdad oficial, la suya, cuando lo importante es comprender, asumir que las personas y las historias de cada uno, y de vidas en cada familia; son sumas de afectos y desencuentros, de lecciones en la verdad de lo que nos sucede, personal y socialmente: a) somos seres complementarios y sociales, irrenunciables por ser seres reales, todavía coleando, vivos y no meros números en el censo; b) colaboramos en el presupuesto real del Estado, pagando los impuestos directos, y los indirectos que no faltan, y demás contribuciones; c) la educación es riqueza, cosecha espiritual y material que permanece en nosotros en lo personal y en la real dimensión social; d) somos alumnos en la escuela y enseñanzas sistemáticas sobre la vida real, estudiando con esfuerzo, paciencia y responsabilidad, en la escuela de la vida real las lecciones que suman los conocimientos de nuestra cultura de pe a pa (enteramente, desde el principio al fin),  los principios y valores de la dignidad humana, social y evolutiva, d) sumen su aportación; en el lugar que toca, arriba,  en medio, abajo, para  aprender, transmitir a generaciones que puedan aprovechar las cosas de las ideas y sabiduría aprendidas, hasta nuestra cultura en buenas lenguas españolas.
La medida del tiempo no consigue, ni puede debilitar la esperanza de una sociedad de familias en paz. Somos personas, experiencias de fe en una humanidad mejor, en religión y en filantropía; en deseos de una vida personal y social mejor, real y no imaginaria, en una sociedad de todos para todos en respeto mutuo, sin errores ni ataques a la vida; y a por la justicia social.
La filantropía es amor al género humano en el universal y sabio diccionario español, y en universal del compromiso con los valores de la humanidad, del mundo mundial de la vida, de la sociedad del respeto  social y de la religión, y de la ética de la acción política por la paz, y no a la guerra de muerte, violación y terror. 
La educación es presencia y permanencia del patrimonio de la persona en la razón social de nuestra compañía, social y evolutiva, que da cobijo a nuestras crónicas de vida y experiencia. Depósito del sentido común, personal y social, presencia de lecciones inolvidables, personales,  y  para todos, cuando nos corresponda partir hacia la real historia común: la que conserva el saber de cada persona y familia; depósito de las crónicas sobre la dignidad, del valor de nuestra humanidad como garante de la educación por la paz; de la justicia social, y sobre cómo mejorar las condiciones de vida: para que la conciencia de la libertad real encuentre cabezas que piensen, trabajen y contribuyan, para que permanezcan y perseveren los valores de la paz en un sociedad sin tiempo para el olvido del valor de la dignidad humana, en una sociedad capaz de hacer real la vida en paz. 
La educación va unida a la permanencia de valores, materiales en las culturas, reflejo de virtudes sociales, religiosas y éticas acerca de la presencia de vidas, familias y pueblos, en los lugares de las historias que vivir, crónicas humanas y educación que permanecerá en la cultura  común de todos para todos, de las experiencia de lo mejor y de lo peor, para mejorar las vidas de nuestra razón humana y social.
Educación y cultura caminan juntas, de la mano de la inmortalidad de la presencia irrepetible de cada mujer, hombres, y las nuevas generaciones que deben ser mejores que la nuestra. Sin guerras que destruyan los valores de las vidas, sin ideologías de muerte, sin banderas de destrucción y ambiciones erigidas sobre la muerte, la esclavitud y violación de personas, culturas, y la libertad de los pueblos.