Ofrenda Grande la vivida este domingo en el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, protagonizada por las gentes del Valle Amblés, que desde primera hora de la mañana comenzaron a llegar a este recinto caminando unos, en coche otros y también a caballo.

Una gran hilera de vehículos en la carretera de subida al santuario anunciaba fiesta importante y también las zonas de aparcamiento y caminos próximos, donde no cabía ni un alfiler. Ya dentro del recinto, muchos escucharon la misa solemne de las 12,00 horas, oficiada por el rector del santuario y sacerdotes de la diócesis, desde los exteriores de la ermita, que se llenó para la ocasión. Dos horas antes ya había tenido lugar la tradicional misa del peregrino para los primeros que llegaban.

Así, tras la celebración eucarística, que contó con la presencia del alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; el presidente de la Diputación, Carlos García, y el jefe del Servicio Territorial de Agricultura, Rubén Serrano, entre otras autoridades, mientras sonaban las campanas, las dulzainas del grupo Azor anunciaba la salida de la imagen de Nuestra Señora de Sonsoles de la ermita entre la expectación de los cientos de personas allí presentes. Portada por 16 anderos iniciaba su recorrido procesional por dentro del recinto.

El Valle Amblés baila la bandera para la Virgen de SonsolesY llegó entonces el momento más esperado, el baile de la bandera que en esta ocasión protagonizó un vecino de Cabañas y que en varios momentos arrancó los aplausos de la gente que había formado un gran círculo a su alrededor.

Este acto cargado de simbolismo y marcado por el ritmo y el esfuerzo en ese juego con la bandera se repetiría poco después en la parte posterior del santuario, para luego proseguir con la procesión de regreso hasta la puerta de la ermita donde hubo subasta de banzos y regalos.