El Gobierno parece decidido a impulsar el Corredor Atlántico, después de que hubiese quedado relegado a un segundo plano centrando sus miras en el Corredor Mediterráneo. El acto de presentación del nuevo Comisionado del Gobierno para este Corredor, José Antonio Sebastián, con el compromiso de inversiones para impulsar los ejes que vertebren este nodo de comunicaciones ferroviarias para pasajeros y mercancías que conecte los puertos de la fachada atlántica con el interior de España y el resto de Europa parece que hacen despertar a este proyecto. Y una vez más Ávila parece destinada a tener un papel secundario cuando se hablar de crear una red ferroviaria potente, que marque el futuro. Ya pasó con el AVE, donde Ávila quedó totalmente aislada, bloqueando todas sus posibilidades de conexión ferroviaria, y ahora parece que se vuelve a repetir la historia.
Sobre el papel Ávila aparece reflejada en esa red con enlace que conecta a ese Corredor, pero cuando se ha empezado a hablar de las primeras conexiones que recibirán inversiones de nuevo esta ciudad queda excluida, y sin visos de poder engancharse a ninguna conexión.
La movilización no puede esperar, y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Ávila ya ha anunciado que la lucha para que Ávila pueda estar incluida de manera efectiva en este Corredor será su objetivo prioritario de acción. También desde CEOE Ávila se están dando pasos, manteniendo reuniones, para hacer ver que Ávila debe estar presente en esa red con inversiones reales. Los empresarios han tomado la delantera ante unos políticos que en estos momentos parece que tienen más en mente el próximo proceso electoral.
Pero esta batalla que Ávila debe librar para que tenga protagonismo en el Corredor Atlántico hay que iniciarla ya, aquí y ahora. No admite demoras, y es el momento de que desde Ávila se haga un frente común que una a administraciones (sin fisuras, dejando a un lado intereses políticos y partidistas) con el tejido económico y social de la provincia para no dejar pasar otra oportunidad en la que se vea cómo sus infraestructuras ferroviarias y de comunicaciones queden relegadas al ostracismo mientras las provincias de alrededor avanzan y tienen mejoras.
Esta provincia no puede quedar una vez más olvidada de una red que está llamada a vertebrar todo el Noroeste del país y ser su conexión con Europa. Quedar relegados del Corredor Atlántico sería levantar otra muralla en una provincia que debe derribar barreras para buscar una salida a mercados nacionales e internacionales que permita competir a sus empresas en igualdad de condiciones con las de otros lugares.
Ese proyecto ya empieza a tomar forma y Ávila debe luchar para subir a él. Pero debe luchar unida, compartiendo esfuerzos, con una sola voz que vaya en la misma dirección y que se haga fuerte allí donde se toman las decisiones. Si no, otra vez, sólo quedará lamentar.