"Aún recuerdo el abrazo con Mangas y Mauri cuando ganamos"

A.S.G.
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Maestro en Educación Física, Coordinador de Deportes en el Ayuntamiento de Las Navas del Marqués y ex preparador físico del primer equipo del Óbila, Alberto Santamaría defiende la apuesta por el deporte como un servicio público primordial

Alberto Santamaría - Foto: David Castro

Hay cosas en la vida que se quedan grabadas en la retina y atrapadas en el corazón. Hablamos de las buenas, que no están los tiempos como para recordar las malas. Yhablar de lo bueno con Alberto Santamaría es hacerlo de deporte, del intenso valor que tiene pero que muchos aún no son capaces de dar. Porque el deporte, entre otras cosas, gusta. «Si le das a la gente la oportunidad de hacer deporte, responde». Se lo dice su experiencia, aunque a sus 46 años tiene claro que «me encuentro mejor que hace años» aunque el tiempo «pasa volando». Qué años aquellos que pasó en el Óbila, su segunda familia. Como tantas personas que pasan por un club, si hablara daría para un libro repleto de anécdotas, de las buenas y las malas. Hay de todo. «Prefiero quedarme con lo bueno». Porque aquel Maestro de Educación Física al que le quedó el no haber llegado a opositar –«sí me he sentido atraído por ser maestro, pero nunca lo he intentado y eso quizás es una espinita que me ha quedado»– pronto se convirtió en el preparador físico de un equipo que le vio crecer y al que vio crecer. De entrenar a chavales, a organizar la preparación de un primer equipo al que cada verano llegaban caras nuevas. Alguna con pasado ACB. «Es verdad que en ocasiones imponían, pero siempre me he encontrado con gente muy dispuesta. Además, yo soy de los que me gusta hablar». Y con Alberto se puede hablar mucho.

Estuvo con Antonio José Gómez, Óscar Lata, Antonio Cano, Pablo Alonso, Armando Gómez, pero sobre todo estuvo con David Mangas. «Mangas no era mi entrenador, era mi amigo, era como un hermano».  Qué más se puede decir. Tras su marcha –«sentíamos el vacío»– se quedó un año más en el club.  Su ciclo había terminado.

Fueron muchas vivencias en un club al que ha visto crecer. Comenzó entrenando en la cantera hasta que arrancó su colaboración con el primer equipo. «Como había estudiado Educación Física, pues me tocó» ironiza cuando recuerda cómo se repartían entonces las responsabilidades en un club pequeño pero que afrontaba su futuro con ambición de la mano de Héctor Palencia, otra de esas figuras que hacen más sencillo entender el paso de Alberto por el club. Eran otros tiempos. De la pista de SanAntonio a la pista del CUMCarlos Sastre, de la Liga EBAa la LEBPlata pasando por Bronce. Aún recuerda el ascenso. «La ciudad estaba volcada». Fue un gran momento, pero no el que más le marcó. Llegaría unos cuantos años después, con David Mangas de primer entrenador. «Nos tocaba debutar contra el Fuenlabrada de Armando Gómez» recuerda Alberto Santamaría.Fue un verano de nervios. Ganaron. «Aún recuerdo que sobre la pista nos abrazamos los tres, Mangas, Mauri y yo». Y ese abrazo siempre lo llevará consigo. Porque son de los abrazos que siempre se sienten.

Fueron años «donde lo pasábamos muy bien. La semana la pasabas pensando en el partido, el fin de semana viajando y jugando... Y así sucesivamente. El tiempo se pasaba volando, aunque también sufrimos situaciones duras y desagradables». Lo que tiene claro es que «estar en un equipo profesional o semiprofesional es una gran experiencia.Siempre digo que vivir un año en un equipo así es muy enriquecedor.Conoces gente de todo el mundo, te quedan muy buenos amigos por el camino».

Fueron años de crecimiento para el club. «Para todos los que formábamos parte del Óbila aquellos años son inolvidables. Cada día había más de 1.000 personas en el pabellón». Quizás por eso espera –«ojalá»– que algo así pueda volver a vivirse en la ciudad. «Éramos un equipo histórico en la LEBPlata, una liga de mucho nivel.La gente se acostumbró a ver a buenos equipos.En aquellos playoffs la gente se volcaba con nosotros... Es difícil salir de EBA pero la actual directiva está trabajando bien. ¿Por qué no puede ser posible volver a ver algo así? Para Ávila y el Óbila es necesario una categoría más atractiva que la EBA.Su sitio es la LEBPlata».

Pero aquella etapa se cerró. Sigue siendo el Óbila parte de él, pero ahora su atención está en otro lado, en Las Navas del Marqués, donde ejercer de Coordinador de Deportes en el Ayuntamiento.Una localidad que desde hace unos años se ha tomado muy en serio que el deporte es parte de sus vidas. «Allí el deporte funciona de una manera increíble». Que su marca sea #LasNavasEsDeporte ya dice mucho.

Bajo la supervisión de la Concejalía de Deportes, y con un amplio equipo de monitores, su labor pasa por organizar no sólo las actividades deportivas sino buscar siempre algo nuevo. «Trabajamos por cursos. Cuando acabe el presente, preparamos el verano.Es una rueda continua. El único mes que paramos es septiembre. Es nuestro mes de vacaciones, pero durante el año hay que trabajar en nuevas actividades, buscar convenios con clubes con los que poder facilitar que nuestros niños hagan actividades deportivas –baloncesto, fútbol, pádel, natación o cualquier otra– en las mejores condiciones posibles. Todo lo que se nos ocurra hay que buscar una manera para hacerlo».Así de sencillo. Que no sea por no intentarlo.

Porque muchas veces la vida consiste en eso, en intentarlo. «Antes de trabajar en Las Navas lo hice en la Diputación, en Servicios Sociales, en un programa que eran Talleres de Mantenimiento Físico. Había en pueblos donde trabajábamos con cuatro mujeres. La siguiente vez que  ibas eran seis... Pero aunque hubiera sido sólo una, el esfuerzo habría merecido la pena. Porque hay que dar ese servicio. El deporte es un servicio público primordial.Es salud, es vida...Cuántas veces estábamos encerrados durante la pandemia pensando en que acabara para poder volver a jugar, a correr, a coger la bici».

La pandemia paró muchas cosas, pero no les paró a ellos. «El primer paron fue de un día para otro. Apenas teníamos medios» recuerda. Para el segundo habían aprendido. «Repartimos una bicicleta, material de step, pilates y entrenamiento funcional a los alumnos para dar las clases de manera online. Cuando contaba a mi gente en Ávila que nosotros les llevamos una bicicleta a casa de cada alumno, alucinaban». Querer es poder y cabe preguntarse si en Ávila se quiere. «Ávila es una ciudad conformista. Se puede decir en deporte pero es extrapolable a todos los ámbitos. Somos una ciudad en la que asumes el no y no se busca una solución. Si en Las Navas se puede, ¿por qué aquí no?». Una pregunta que se puede lanzar con muchas cuestiones.

Escucharle es sentir cierta envidia. «En Las Navas hay una gran respuesta cuando se propone una actividad deportiva, tanto de la gente como de los clubes o el propio Ayuntamiento.He trabajado con diferentes corporaciones y siempre se vuelcan con el deporte».Cuestión de actitud y aptitud. «En cuestión de instalaciones, está mejor Las Navas  que Ávila» comenta quien conoce a la perfección muchas instalaciones. «Simplemente en piscinas estamos igualados». No parece raro, por tanto, que tanto el Club Natación Abulense, que desarrolla allí una pequeña actividad, comoTriávila, que se desplazaba a Las Navas para entrenar, encontraran fuera de sus 'límites' perfecto acomodo. «En instalaciones, para una localidad de poco más de 5.000 habitantes, es un lujo».  Habla de la piscina, pero podrían servir de ejemplo otras instalaciones. «Vivimos en una ciudad con un cierto clima.Si quieres hacer determinados deportes necesitas una instalación cubierta de calidad».

¿Cómo es posible? «Al final es una cuestión de prioridades, de los intereses que te marques» valora bajo su punto de vista Alberto Santamaría, que reconoce, por ejemplo, que la subvención que recibe el CDLas Navas supera a lo que recibía el Óbila CB cuando estaba en el club. Es querer. «El Ayuntamiento de Las Navas se vuelca con el deporte.A cualquier actividad nueva que proponemos la gente responde.El deporte mueve mucha gente. ¿A quién no le gusta el deporte? Hay un porcentaje al que no le gusta, que no lo quiere practicar, pero si cada uno mira su entorno, su círculo, se dará cuenta de la cantidad de gente que lo practica».

El deporte está enraizado en su vida. «Vivo continuamente con el deporte». Capaz de verlo o practicarlo. No importa.  Su obsesión, ir al Everest, no a escalarlo, sino «ver el Himalaya». No es casualidad que Carlos Soria sea uno de sus personajes de referencia. «Es nuestro Rafa Nadal» y tiene claro que en Ávila está «poco valorado. No tiene reconocimiento, quizás por la disciplina». Que Alberto sea fan de Gredos puede explicarlo fácilmente. «Mi infancia la pasaba allí, en una caravana». Amante de la fotografía –«quién sabe donde puedes acabar»– se puede acabar en un fin de semana un libro o una serie. «Soy fan, pero muy fan de Juego de Tronos». ¿Y quién no? Si no lo son, es porque no la han visto.