La Virgen de las Vacas vuelve a bailar

E.C.B
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La popular barriada de Ávila celebra su día grande de fiestas con una procesión que recorrió la ciudad y que tuvo su momento culminante con el tradicional baile de Nuestra Señora de las Vacas al ritmo del pasodoble 'El gato montés'

La Virgen de las Vacas vuelve a bailar

Los vecinos del barrio de Las Vacas vivieron con gran entusiasmo, tras dos largos años de espera, el día grande de sus fiestas, con una procesión que desde primera hora de la mañana recorrió las calles de la ciudad y que tuvo como punto álgido el tradicional y espectacular baile de Nuestra Señora de Las Vacas frente al lienzo norte de la muralla al son del pasodoble 'El gato montés' y entre vítores y ánimos a los cuatro mozos que este año tenían el honor de llevar a la Virgen en ese trayecto hasta la glorieta que lleva su nombre, junto al puente Adaja.

La jornada festiva, que tuvo al sol como acompañante, arrancó al ritmo de las dulzainas y tamboriles del grupo Filigrana que animaban a la gente a sumarse a la celebración. Poco a poco se fueron congregando en la ermita para celebrar a las 8 de la mañana la misa solemne y posteriormente salir en procesión con la imagen de Nuestra Señora de Las Vacas, que lucía un manto azul y oro, portada por los mozos de la peña.

Bajo el sonido de los cohetes en el cielo de Ávila, partía la Virgen de la plazuela de Las Vacas para iniciar un recorrido que la llevaría por la ciudad, con una veintena de paradas para realizar el tradicional saludo en templos y conventos de la capital, que a su paso hicieron repicar las campanas.

La Virgen de las Vacas vuelve a bailarLa Virgen de las Vacas vuelve a bailarComo cada año, en torno a las 12 horas la comitiva llegaba al Convento de la Encarnación, donde todos los presentes repusieron fuerzas con un buen hornazo, empanadas y vino, al tiempo que algunos se animaban a bailar con la música de las dulzainas y con las de la banda de música de Navalperal de Pinares. El presidente de la Peña de los Mozos de las Vacas, Sergio Serrano, se mostraba feliz por la gran participación de gente en esta gran fiesta para toda la barriada que representa este recorrido procesional. «Había muchas ganas después de estos dos años y se ha notado porque hay mucha más gente que en otras ocasiones», aseguraba.

Tras esta parada de algo más de media hora, reanudaron el recorrido que les llevó hasta las iglesias de San Martín y de Nuestra Señora de la Cabeza, en las cuales se veneró a la Virgen de Las Vacas.

Y llegaba así el momento más esperado de la procesión. Frente al lienzo norte de la Muralla y ante centenares de personas que se concentraban en la Ronda Vieja, cuatro mozos de las Vacas, Álvaro Martín, Alberto Jiménez, Ángel Martín y Álvaro Gutiérrez, portando la imagen de la Virgen, iniciaron el tradicional baile al son del pasodoble 'El Gato Montés', mientras sus amigos les animaban cantando y gritando vivas a Nuestra Señora de Las Vacas, y así hasta la glorieta que rinde homenaje a esta Virgen, junto al puente Adaja, durante algo más de un cuarto de hora.

La Virgen de las Vacas vuelve a bailarLa Virgen de las Vacas vuelve a bailarÁlvaro Martín, que se casa este año, concretamente el próximo mes de septiembre con Beatriz, aseguraba que «para un vaquero de toda la vida es un momento muy especial, en el que se siente uno muy querido porque estamos rodeados de nuestro seres más queridos, mi novia, mis amigos y mi familia, y es una experiencia inolvidable». «Soy el mozo que se casa este año de los que bailamos a la Virgen y está siendo un día espléndido y la gente está emocionada desde primera hora de la mañana», añadió.

Uno de sus mejores amigos, Alberto Jiménez, que bailaba a la Virgen por segunda vez, ya que también lo hizo en 2016, comentaba minutos antes del inicio de este momento tan especial que es «una emoción intensa y muy grande. Hay mucha felicidad porque yo no me caso, pero es igual de especial porque se casa mi mejor amigo y es como si lo hiciera yo». También indicó que «es un privilegio y una emoción muy grande» y respecto a la primera vez aseguró que «en esta ocasión se vive de otra manera, pues esos nervios de no saber cómo va a ser no los tienes, pero aún así la emoción en el estómago la sigues teniendo».

Además, para tres de esos mozos, Álvaro Martín, Alberto Jiménez y Álvaro Gutiérrez era un momento doblemente especial, pues dejan este año la Peña de los Mozos de las Vacas, que actualmente cuenta con 58 miembros.

Tras el baile, la procesión reanudó su marcha normal por la calle Vallespín en dirección hacia la iglesia de San Juan. A la llegada de la Virgen al Mercado Chico llegaba otro momento emotivo y novedoso este año, pues el ballet español Emma Lucena le dedicó una Salve Rociera. Así llegaba la comitiva a San Juan, donde la banda de música de Navalperal de Pinares interpretó el pasodoble 'Tercio de quites' mientras la imagen de Nuestra Señora de las Vacas entraba en el templo, donde permanecerá hasta las cinco de la tarde, momento en el que iniciará el regreso a su ermita.