Es importante poder escuchar a aquellas mujeres refugiadas que pueden contar su historia. También sentir lo que hay detrás de las que no lo lograron. Dos realidades que conjugó Accem en un acto de sensibilización que organizó en el auditorio de San Francisco, que se llenó para escuchar los testimonios de mujeres refugiadas que viven en Ávila.

Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer se organizó este acto para tomar conciencia sobre la realidad de un colectivo especialmente vulnerable, las mujeres refugiadas. Y se hizo escuchando testimonios reales de mujeres que representaban a tantas otras mujeres que se ven obligadas diariamente a escapar de sus lugares de origen por el peligro constante de perder su vida, su integridad física o su libertad. También la de sus hijos. Y solo por el hecho de ser mujer.

Entre los testimonios, el de una mujer colombiana, que pertenece a esa generación de mujeres que sufrió las consecuencias del conflicto armado en su país y tuvo que convivir con el peligro diario a perder su vida hasta que decidió venir a España en busca de asilo.

Y una mujer ucraniana, que lleva un año fuera de su país por la guerra, desde que comenzó la invasión rusa y su vida y la de su hija se partieron en dos.

También la dureza vivida por una mujer africana, que esconde su identidad por miedo. Un miedo que sufren las mujeres de África que, además de otras agresiones, sufren varias violaciones a lo largo de su vida.

Para las que ya no tienen voz porque la huida se la apagó estaban miembros de la ONG Open Arms, que con sus palabras hicieron sentir a las mujeres que perdieron su vida intentando buscar refugio.

En el proceso de refugio es importante el trabajo de organizaciones como Accem, financiadas con programas del Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social del Gobierno de España, para que las mujeres tengan nuevas oportunidades.

En representación de Accem, Ana Encinar puso el énfasis en la violencia que sufren estas mujeres, de muchos tipos, también sexual. Para conocerlas se presentaron «testimonios muy duros» de mujeres de Ucrania, Colombia y Malí, dijo, perseguidas por diferentes motivos y que llegaron a Europa en busca de refugio en procesos que son muy largos.

Fernando Galeano, subdelegado del Gobierno en Ávila, habló de la importancia de poner el foco en Ucrania con todo lo que están pasando, pero sin olvidar otros muchos conflictos en el mundo que derivan en situaciones de crisis. Puso de manifiesto la importancia de visibilizar a la mujer refugiada como «la persona que sufre doblemente la presión cuando se encuentra en esa situación de tanta vulnerabilidad», por lo que es importante mantener este tipo de iniciativas desde el Gobierno.