La Semana Santa vuelve a las calles de Ávila y toca mirar al cielo un año más, para saber si el tiempo va a dar una tregua o no y va a permitir que las estaciones penitenciales puedan discurrir con absoluta normalidad. De momento, y a tenor de las predicciones que ofrece la Agencia Estatal de Meteorología a siete días, la principal preocupación por la presencia de precipitaciones se sitúa en las jornadas del Lunes Santo y del Martes Santo. Para la tarde del lunes, en la que salen a las calles la Procesión de la Esperanza y la Procesión del Santísimo Cristo de la Ilusión, que escenifican su Encuentro en la plaza de la Catedral, las probabilidades de lluvia en estos momentos se sitúan en el 90 por ciento.
Y para el día siguiente, Martes Santo, donde las estaciones penitenciales se suceden desde primera hora de la tarde hasta avanzada la Madrugada, con la Procesión de la Estrella, la de Medinaceli y la del Miserere, las predicciones de la Aemet dan un cien por cien de posibilidades de que la lluvia haga acto de presencia.
También hay muchas posibilidades de que llueva este Sábado de Pasión, no obstante las precipitaciones se podrían concentrar en la primera parte del día (las probabilidades se sitúan en el 85 por ciento esta pasada madrugada, bajando al 50 por ciento hasta el mediodía y situándose en el 10 por ciento por la tarde), con lo que todo apunta que la Procesión de los Estudiantes podrá realizar con total tranquilidad su recorrido por el casco histórico de la ciudad. Predominarán las nubes pero las temperaturas no serán frías, oscilando entre los 8º de mínima y los 12º de máxima.
Mejores aún serán esas temperaturas el Domingo de Ramos, alcanzándose máximas de 18º, con muchas posibilidades de que a la hora en la que el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la popular 'Borriquilla', esté recorriendo las calles de la ciudad el sol luzca con todo su esplendor. Tampoco correrá ningún peligro el Traslado de Nuestro Padres Jesús Nazareno de Medinaceli, que partirá a las 16,30 horas del convento de San Antonio con destino a la Catedral de Ávila, y es que las predicciones de la Aemet sitúan en el cero por ciento las posibilidades de lluvia para esta jornada.
Esa situación de bonanza empezará a alterarse, como se apuntaba anteriormente, a medida que avance el Lunes Santo, a pesar de que las temperaturas serán también agradables, con mínimas de 7º C y máximas de 16º C, las cuales experimentarán una ligera bajada en la jornada del Martes Santo, con mínimas de 4º y máximas de 14º. Todo apunta, a tenor de esas predicciones de la Aemet, que la borrasca entrará el lunes por la tarde, permanecerá el martes y se irá disipando a medida que avance el Miércoles Santo, donde aún las probabilidades de que haga acto de presencia la lluvia se sitúan en un porcentaje del 65%. No obstante, y dadas las horas en las que se celebrarán las procesiones ese día, a partir de las 20,30 horas la del Silencio, a las 23,00 horas la del Santísimo Cristo de la Batallas y a las 2,00 horas del Jueves Santo la de la Madrugada, todo apunta a que se podrán desarrollar con normalidad. Eso sí, tocará abrigarse, ya que las mínimas se situarán en 4º C.
De cara a los días centrales de la Semana Santa, a partir del Jueves Santo, las previsiones no pueden ser mejores, ya que el riesgo de que existan precipitaciones prácticamente desaparece y se alcanzarán máximas que rondarán entre los 18 y los 20º C, con lo que se vislumbran unas jornadas auténticamente primaverales que permitirán disfrutar de las procesiones que se sucederán esos días así como del ambiente turístico que se confía que regrese a la ciudad por estas fechas después de las restricciones que se han vivido en los dos últimos años como consecuencia de la pandemia.
De cara a la madrugada del Viernes Santo, cuando se celebre el Viacrucis penitencial alrededor de la Muralla, las mínimas se podrían situar en torno a los 6º, lo que no deja de ser una temperatura suave para poder vivir uno de los momentos más especiales de la Pasión abulense con relativa tranquilidad y sin sufrir una climatología invernal.
En cualquier caso, no toca más que mirar al cielo, y confiar en que esas lluvias pasen de largo en el momento precio y den una tregua para que esas procesiones que parece que peligran, y que han sido preparadas con tanto esmero e ilusión durante los últimos meses por cofradías y hermandades, y más después de dos años sin poder celebrarse, puedan salir a las calles con absoluta tranquilidad.