Editorial

Las tumbas en roca merecen una difusión especial

Diario de Ávila
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Siempre ahí aunque no las hecho mucho caso, se abren como una oportunidad más para el turismo abulense

Si en cualquier aspecto de nuestra sociedad absolutamente globalizada y saturada de ofertas de todo tipo la singularidad es un valor fundamental, que ha de ir siempre aliado con los del atractivo y la calidad para ganar fuelle y mantenerlo, aún más lo es en el mundo de la cultura y del turismo, no sólo porque es mucha, muy variada y a veces incluso muy agresiva la oferta ahí existente, sino también porque el brutal cambio en nuestras costumbres que ha impuesto la pandemia de la covid ha obligado a afinar mucho más para ganar voluntades en este campo del disfrute del ocio, que no hay que olvidar que por muy enriquecedor que sea no es imprescindible y cuando toca recortar gastos se suele tirar de él en primer lugar.

Por eso la provincia de Ávila debería tomar plena conciencia, primero, y aprender a promocionar con el mayor atractivo posible, después, y tanto fuera como dentro de nuestras pequeñas fronteras, del enorme potencial de atracción turística que tienen los muchos yacimientos –prehistóricos y también más recientes– que reparten por su suelo, porque en ellos se concentran con enorme generosidad esos valores de singularidad, interés general y calidad de los que hablábamos antes, y además con la garantía nada fácil de no solamente no defraudar nunca sino de mejorar las expectativas previas.

A referentes internacionales tan señalados como los castros celtas de Las Cogotas –yacimiento que ha dado incluso nombre a una cultura–, La mesa de Miranda y su necrópolis de La Osera, Ulaca, Sanchorreja o El Raso, que de forma incomprensible no son lugares casi de ‘peregrinación’ para cualquier amante no sólo del pasado sino también de la más bella naturaleza, se suman  las tumbas excavadas en roca que son bastante frecuentes en la provincia, con especial presencia en el Valle del Alberche, el Valle Amblés y la Sierra de Ávila.

Por su valor como documento histórico, por su simbología, porque escriben las líneas de varias páginas importantes de ese pasado del que tenemos que estar orgullosos y saber transmitir, por la belleza casi siempre de los lugares en los que se encuentran, esas tumbas talladas en la roca viva, que siempre han estado ahí pero no las hemos hecho mucho caso, se abren como una oportunidad más para el turismo abulense, con lo que ello significa de apoyo para el castigado mundo rural.

El valor, objetivo y grande, ahí está para compartirlo; ahora toda a las administraciones públicas, especialmente a la Diputación de Ávila, hacer valer esos documentos pétreos del pasado como se merecen a través de campañas de divulgación lo suficientemente atractivas para que los potenciales interesados no puedan no estar informados. No están los tiempos para desperdiciar  nuestra enorme potencialidad, porque en cada presente desaprovechado se pierden pequeñas o grandes oportunidades de futuro.