El Barco de Ávila se vuelca con el Cristo del Caño

M.J Carrera
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La localidad despide unas intensas fiestas patronales marcadas por la devoción al patrón y las ganas de diversión

El Barco de Ávila se vuelca con el Cristo del Caño

Los barcenses despiden con pena las fiestas en honor al Santísimo Cristo del Caño, que, como cada año, quitando el tiempo de pandemia, reúne en torno a su figura a todos los barcenses y sus familias, que estos días disfrutan de los diversos actos que organizan el Ayuntamiento y la Cofradía del Cristo del Caño y de San Pedro del Barco. 

El jueves comenzaron las fiestas con la celebración de la Fiesta de los  Mayores en el Centro de día, que consistió en una comida de hermandad seguida de un concurrido baile. 

El viernes por la mañana se celebró un pleno extraordinario  del Ayuntamiento,  en el que fueron nombrados 'Barcenses del año', Víctor Martín,  que ha ganado la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Tiro al Plato después de una carrera plagada de éxitos en esta modalidad; Francisco López, reconocido flautista que lleva a gala ser descendiente de la villa del Tormes; y el Aula Mentor,  en reconocimiento a la gran labor educativa que lleva a cabo en este municipio  en pro de las personas adultas que desean completar de algún modo su formación. Al acabar el emocionante acto celebrado en el teatro Lagasca, los concurrentes se trasladaron a la Casa del Reloj, antiguo ayuntamiento barcense, para desde su balcón, asistir al pregón de fiestas, que corrió a cargo de los galardonados, con una Plaza Mayor repleta de vecinos y visitantes deseosos de disfrutar de estas fiestas.

Al anochecer se produjo  el momento más esperado. A las nueve y media, cuando la noche empezaba a caer, la imagen del Santísimo Cristo del Caño, salió  de su ermita al otro lado del río y en medio del fervor de los cientos de barcenses y allegados que este año han acudido a la procesión, la Santa imagen cruzó el imponente Puente Viejo, para adentrarse por las calles de la Villa hasta llegar a la Iglesia parroquial.  Al acabar la procesión, una orquesta amenizó las verbenas hasta bien entrada la madrugada.

El sábado estuvo dedicado a diversos actos lúdicos. Los niños disfrutaron, al igual que el viernes,  con la salida de los gigantes y cabezudos, que acompañados por el grupo de dulzainas de El Barco, recorrieron la calles de la villa en un colorido pasacalles, en el que no faltaron las carreras de  chicos y grandes tratando de esquivar a los divertidos cabezudos.

A las ocho de la tarde comenzó un entretenido baile de disfraces muy concurrido, en la que las peñas y los diferentes grupos disfrazados pusieron la nota de color.

En la Iglesia parroquial tuvo lugar un concierto de órgano de manos del concertista Ángel Moreno Herrero, organista de la catedral de Segovia, que  ejecutó diversas composiciones muy del agrado del numeroso público que acudió a escucharle.

Así mismo, durante todo el día y los siguientes hasta últimos de septiembre, se ha podido visitar en  el Centro Cultural una interesantísima exposición del profesor Luis de Vicente, que bajo el título 'Palabra sobre piedra' estudia las inscripciones en piedra más interesantes de la zona.

Por la noche, fue la orquesta Impulso la encargada de hacer bailar hasta la madrugada a  cientos de jóvenes llegados desde toda la comarca. 

El día grande de la fiesta es el domingo, también llamado Domingo de toros, por la tradición inmemorial de correrse y torearse unos morlacos ese día. La mañana se fue animando con una diana floreada a cargo del Grupo de dulzainas y de la banda municipal de música  que recorrieron las calles de la villa desde bien temprano.  A las doce de la mañana, la corporación municipal  con su alcalde Víctor Morugij a la cabeza, acompañados por el diputado nacional Manuel  Arribas, que ha querido sumarse a la celebración, salió de la Plaza Mayor acompañada de la Banda Municipal de Música hasta la iglesia, donde el párroco don Ramón, celebró la Santa Misa en honor del  Cristo del Caño, cantada por el coro de Béjar. Al término de ésta, comenzó la procesión.  Precedían al Cristo los cofrades que portaban las insignias de la cofradía seguidos del grupo de jotas local, vestido con el traje regional y  que en una parada de la procesión ofreció  al Cristo una vistosa jota. Tras la Santa imagen, además de las autoridades, cientos de fieles acompañaron al  Cristo del Caño en su recorrido procesional por las calles de la villa, engalanada para la ocasión, hasta llevarlo de nuevo a la iglesia parroquial donde estará hasta últimos de octubre en que será trasladado  a su ermita.

Los toros fueron los protagonistas de la tarde.  En una novillada mixta sin picadores, se torearon cuatro toros de la ganadería de  Alcurrucén para la rejoneadora Rocío Arrogante y para los novilleros Miguel Andrade y Bruno Aloy. La Banda municipal de música amenizó el espectáculo que contó con la asistencia de más de media entrada y la animación sin límites de las peñas, que protagonizaron la animadísima y tradicional 'bajada de los toros', en la que en medio de un gran jolgorio, los peñistas y quienes quieren acompañarlos, son  regados por el agua que les echan desde los balcones en todo el recorrido desde la plaza de toros hasta la Plaza Mayor,  desde donde multitud de jóvenes se trasladan al río para darse el último chapuzón de la temporada, mientras los mayores llenan las terrazas de los bares de la plaza a la espera de los fuegos artificiales. Este año sin embargo, el luminoso fin de fiesta ha tenido que ser suspendido a causa del peligro que representan los fuegos artificiales, dada la sequía imperante. Con la verbena amenizada por D.J. Ernest se han dado por terminadas estas fiestas, que después de la pandemia han sido recuperadas por fin en todo su esplendor.