En su camisa (pin y cuello) la bandera republicana. En sus ojos, una emoción que no se escondía. Y en su voz, con un toque francés, la historia de su padre, su paso por un campo de concentración de Franco y como logró fugarse. Una fuga de la que nació una nueva vida en Francia y la existencia de su hijo, Luis Garrido Muñoz, que es quien ahora cuenta su historia.

El relato que cuenta es la de Albino Garrido San Juan y lo hizo ante un Episcopio lleno para la ocasión, con una importante presencia de vecinos de Tornadizos donde mañana se hará un recuerdo a los vecinos represaliados en la Guerra Civil, con una placa en su memoria.

Ellos pudieron escuchar las vivencias Albino Garrido San Juan, natural de Tornadizos, con su juventud en la Guerra Civil (17 años), cuando se alistó en la Columna Mangada y estuvo luchando en la Sierra. El final de la Guerra «le pilla en Extremadura. Allí se tiene que entregar a los franquistas y le meten en el campo de concentración de Castuera, un campo de los más terribles que hubo en España en aquella época». Pero de Castuera consigue fugarse con cinco compañeros el 4 de enero de 1940 y recorrieron tres cuartas partes de la geografía española hasta que el 22 de marzo de 1940 cuatro de los fugados consiguen llegar a Francia.

De esta experiencia quedan dos cuadernos que publica su hijo, añadiendo notas con sus propias investigaciones para situarse en el contexto general de la Guerra y del «contenido tan particular» que tuvo su padre porque «esa fuga es un caso único en las condiciones que la pudieron realizar».

Que todo esto se cuente en este tiempo es importante porque «a veces volvemos hacia atrás y todo esto hay que hablarlo, comentarlo» porque hay «muchas cosas, a la luz de lo que pasó entonces, que no se entienden».

La experiencia de Albino Garrido San Juan se dio a conocer en un acto en el que se contó con la presencia de Serafín de Tapia, Javier García Hernández (UGT) o Guillermo León, en representación de la  Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera.