Editorial

Un espacio natural privilegiado para proteger, conservar y enriquecer

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La conservación del medio ambiente, y más en una provincia que vive pegada en buena medida a los recursos que proporciona la naturaleza, es una tarea que debemos tener asumida todos los abulenses. En esa tarea de protección del medio ambiente tiene un papel muy relevante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Integrado por una veintena de investigadores, en los últimos tres años han investigado un total de 226 delitos y han detenido/iinvestigado a 203 personas por la comisión de delitos contra el medio ambiente.

Sin duda los delitos relacionados con la ordenación del territorio son los más numerosos que han tenido que investigar, pero no han faltado los casos relacionados con la caza furtiva, con los incendios forestales o con el maltrato animal. Estas cuestiones obligan a redoblar los esfuerzos, especialmente en los espacios protegidos con los que cuenta esta provincia, para lograr un desarrollo pleno y sostenible de esta tierra.

Además de estas tareas, el Seprona tiene una importante labor en la tramitación de infracciones administrativas contra el medio ambiente (más de 3.000 en los tres últimos años), de infracciones derivadas del incumpliento de la Ley de Aguas, del depósito de residuos y vertidos en lugares no autorizados, de no respetar la Ley de Montes, de no cuidar adecuadamente a los animales de compañía, del quebrantamiento de las normas de urbanismo y ordenación del territorio… un amplia amalgama de situaciones que deben ser vigiladas y donde en muchas ocasiones la infracción llega por la acción negligente o la desinformación por parte de los vecinos.

Si de verdad queremos apostar por una provincia que tenga en su medio ambiente un referente esencial de su desarrollo, nos obliga a todos a poner nuestro granito de arena para conseguirlo, siendo más respetuosos con todo lo que nos rodea y ayudando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a detectar esas situaciones anómalas que poner en peligro esos recursos naturales.

Especialmente preocupantes son esos delitos relacionados con el furtivismo y los incendios forestales, en los que la colaboración ciudadana se presume como esencial en muchas ocasiones para su detección, y que nos obliga a todos a no pasar por alto porque en juego está el mantenimiento de espacios naturales excepcionales, que deben ser una fuente de riqueza para el conjunto de la sociedad. De su buena conservación pasa también el futuro de esta provincia, pero eso también exige a las administraciones que apliquen normas claras y justas. Que no deriven en interpretaciones poco ajustadas a la realidad, y que piensen en los moradoras de estas tierras, que al final son los que pueden sacar un mayor aprovechamiento de estos espacios y pueden contribuir a enriquecerlos con sus actividades, y seguro que ello también deriva en un cuidado exquisito por parte de los mismos. 

En Ávila tenemos un tesoro natural y entre todos tenemos que ayudar a protegerlo, a conservarlo y a enriquecerlo, porque nos va el futuro en ello.