Si preguntamos a nuestros lectores sobre dónde se puede disfrutar hoy en Ávila de una buena sesión de teatro es más que posible que muchos de ellos coincidan al mencionar el Lienzo Norte o los espacios con los que cuenta la Fundación Ávila. Estos y otros cuantos espacios más son, en pleno siglo XXI, contenedores de la cultura que se sube a las tablas.

Pero hubo un tiempo (o varios tiempos, mejor dicho) en el que el teatro te podía asaltar en otros muchos rincones de la ciudad. El Corral de la Magdalena, el Café Pepillo, el Teatro Principal... Ávila ha contado á lo largo de su historia con escenarios teatrales.

De ellos y de muchas otras cosas más se habló este domingo en l jornada 'Ciudad invisible, teatro posible', organizada conjuntamente por la Asociación de Profesionales de Artes Escénicas de Ávila (Aparte),  y el Colegio de Arquitectos de Ávila.

Con la excusa de la reciente celebración delDía del Teatro, y pensando en organizar su primer acto público,Aparte congregó a unas 30 personas en una «jornada de reflexión, encuentro y celebración sobre las artes escénicas en Ávila», tal y como explicó a Diario de Ávila Carlos MartínSañudo, tesorero de Aparte.

Jornada que arrancó con una pequeña representación pasadas las doce y media en la plaza del Mercado Grande y que continuó con  un recorrido turístico por algunos de los espacios de la ciudad que a lo largo de la historia han servido para la representación de variedades, fueron espacios teatrales o corrales de comedia en elSiglo de Oro.

«Queremos recordar esos espacios que sirvieron para el teatro y, desde allí, pensar hacia donde dirigirnos los profesionales del teatro en la ciudad y ver con qué espacios podemos contar, ya se con la administración o sin ella», planteaba Martín Sañudo.

¿Y tiene futuro el teatro en Ávila?, le preguntamos. «Tiene posibilidades», respondía seguro el portavoz de Aparte. «Las artes escénicas es un sector que siempre decimos que lleva en crisis permanente desde que nación», sonreía MartínSañudo al proseguir con su argumentación.

«Pero existen posibilidades: hay teatro que no se ve, gente trabajando en institutos, personas con compañías pequeñas que salen de Ávila, porque el teatro es algo que normalmente se exporta, que no se consume en la propia localidad...», apuntaba también el tesorero de Aparte, para el que, el simple hecho de haber logrado poner en marcha la asociación, con la que se dejan atrás «falsas competencias absurdas» dice mucho del futuro de las artes escénicas abulenses. «El juntarnos y hacer piña es algo que nos va a favorecer mucho», decía, «y el evento de hoy es como una especie de bautizo».

La jornada se completó, por cierto, con un concierto y una charla en el patio del Colegio de Arquitectos de Ávila.