Oriol Junqueras y el 28 de abril

Pilar Cernuda
-

El exvicepresidente del Govern ha elaborado la lista al Congreso de los Diputados desde la prisión con la idea de aumentar el número de independentistas para negociar un referéndum legal con el Ejecutivo

Oriol Junqueras y el 28 de abril - Foto: FERRAN SENDRA

Días atrás, el presidente del Gobierno declaraba en Antena 3 que el problema catalán no es de independencia, sino de convivencia. Negaba que tuviera intención de reformar la Constitución y abogaba por un nuevo Estatuto.

Pedro Sánchez sabe que hay hartazgo de Cataluña, de las provocaciones constantes del independentismo, de las peripecias de Puigdemont, de la polémica sobre el indulto, de lazos amarillos, pero es el asunto más grave que tiene planteado España, y decir que el problema no es la secesión sino la convivencia es engañar a los ciudadanos. Porque el problema de la convivencia, que es real, lo provoca el movimiento separatista. 

Desde hace varias semanas se celebra en el Tribunal Supremo el juicio del que probablemente salgan algunas condenas para los dirigentes de las iniciativas secesionistas, juicio en el que se han producido declaraciones asombrosas, entre ellas que el exjefe de los Mossos, José Luis Trapero, haya marcado distancias con el independentismo; o que algunos de los exconsejeros hayan expresado su rechazo a la declaración unilateral de independencia. En otoño se conocerá la sentencia, y si gobierna Sánchez habrá un envenenado debate sobre el indulto. 

De momento, las elecciones del 28 de abril han introducido elementos importantes en el mundo independentista que afectarán de forma importante en el futuro de España.

El primer dato a tener en cuenta es que, al fin, ha llegado la hora del descrédito para Puigdemont y para Torra. El expresidente ha perdido su aureola, hasta el punto de que cuando propuso a sus amigos flamencos que le incluyeran en su lista al Parlamento Europeo como independiente, tuvo un no por respuesta. Encabeza la lista del partido que creó, el PDeCAT, que no se encuentra en la mejor de las situaciones porque ERC ha decidido romper amarras con él y su partido, y los sondeos son implacables: el PDeCAT va en caída libre, mientras ERC puede doblar sus escaños en el Congreso de los Diputados y lograr un gran resultado en las elecciones municipales de Cataluña. En cuanto a las europeas, Puigdemont podría quedarse sin escaño, lo que le deja en una situación imposible como líder independentista, aunque él todavía cree que lo es.