La Luna Celta más esperada. Así definía el alcalde de Solosancho, Jesús Martín, una celebración que aparcó la pandemia pero que en este 2022 se volvió a vivir por todo lo alto. Lo hizo en el mercado, con más de 40 puestos en los que se podían  ver joyas, jabones, bolsos, dulces... Con un suelo de paja y mucha gente paseando, el mercado es uno de los puntos fuertes de atracción en esta fiesta, sobre todo para aprovechar para comer o beber.

Pero había mucho más, como se vio en la concentración de tribus que pasó por el mercado, ambientada por Bestiario. Abría el desfile el ritmo de los tambores y a partir de ahí se daba paso a distintos personajes. Una misteriosa mujer con una capa roja, una poseída en una jaula, personajes de terror, malabaristas y quienes no renunciaban a sus armas, como hachas y arcos. Ellos, con cada tribu con su estandarte, protagonizaron un desfile en el que al terminar el propio alcalde pido el grito de las tribus. Lo hizo para celebrar «la Luna Celta más esperada», comenzando con el que era «el plato fuerte de las fiestas» y que llevaba a que hubiera «calles llenas, a reventar de vida». «Estamos orgullosos de recuperar esta fiesta después de dos años», afirmó.