Chema Sánchez

En corto y por derecho

Chema Sánchez


La noticia es Inés

11/02/2023

De Primero de Periodismo. La proximidad es un elemento esencial en la noticiabilidad de los hechos. Qué le vamos a hacer. Por eso, un acontecimiento tan grave y luctuoso como la muerte de miles de personas, como consecuencia de un brutal terremoto en Siria y Turquía, a apenas cuatro horas de aquí en avión, no reviste igual impacto que si el hecho aconteciese en nuestro entorno más cercano. Triste, pero cierto. Aunque esto, no hace falta que yo se lo explique.
En los tiempos que corren, hay quien cree estar por encima del bien y del mal, de todo y de todos. Pero la naturaleza –y aquí no me refiero al brutal seísmo y las dramáticas consecuencias que ha tenido–, por suerte o por desgracia, nos suele poner a todos en nuestro sitio, últimamente con mayor frecuencia de lo que nos gustaría. Hay quien no quiere abrir los ojos, porque bastante tiene con seguir el transcurrir de los días. No le da para más.
Lo cierto es que cada cual hace de lo que estima oportuno su noticia preferida de la semana, al igual que el encargado de la hamburguesería elige a su criterio al empleado del mes. En el caso de quien esto escribe, no hay ninguna duda, porque una nueva sobrina ha asomado al mundo. Inés, se llama. Llega, como digo, a un escenario que, entre todos, nos estamos empeñando en destruir. Ni siquiera, si seguimos al ritmo que vamos, podremos seguir esa máxima de optimizarlo para quienes vienen detrás de nosotros. Diría más: o nos centramos un poquito, o se va a complicar cada vez más lo de sobrevivirlo por parte de quienes aún lo habitamos. Es más sencillo seguir pastando, como la vaca que mira al tren.
Inés: llegas en un momento en el que hay una superpotencia que se ha percatado de que, si quiere, puede tener el poder económico en su mano. Hablo de China, sí. ¡Anda, si produzco menos, resulta que gano igual o más...! Y de otra, que se llama India, que ya supera a la primera en volumen poblacional. Están lejos, pero cada vez más cerca. Por aquí, en España, ese lugar singular en el que has venido para quedarte –al menos por unos años– problemas de súper abundancia de personas, como que no tenemos, al contrario. Si no fuera por quienes vienen de fuera, probablemente nuestro saldo vegetativo sería digno de estudio. Y no lo digo precisamente por lo positivo.
Vienes al mundo en unos tiempos que dicen ser de incertidumbre, pero que reflejan crecimientos notables en los resultados de muchas empresas (no sólo las del IBEX), subidas salariales en las franjas más bajas, y avances especialmente notables en las nóminas de colectivos como los jubilados, que cada vez tienen más peso en el pastel poblacional. Solidaridad lo llaman. También, por qué no decirlo, con las cosas caras como nunca se han visto, en particular en lugares de paso frecuente, como son los supermercados.
Hay quien dice que la Sanidad pública, esa que te ha atendido en tus primeras bocanadas, se hunde, por aquello de que los profesionales ven que hay opciones más allá de ésta, o se van fuera. Al extranjero. Porque les pagan más, aunque digan que esa profesión también es muy vocacional. Sin embargo, yo sí puedo decirte que en los sitios a los que viajo nos ven con envidia. Y nos miran como una referencia. Cuestión de ópticas, supongo.
Aterrizas en los días en los que todos hablan de inteligencia artificial sin saber muy bien lo que es, de un chat que te da respuestas a todo, aunque lo haga en bucle y de una manera que probablemente se perfeccione, pero que aún deja mucho que desear. Aunque, en esencia, Inés, vienes a un mundo donde no te faltará el amor de quienes te rodean, aunque habrá buenos y malos momentos, sonrisas y lágrimas, películas y canciones. Es el mundo en el que te toca vivir, y en lo posible te acompañaremos. Pero tienes a unos guías estupendos, que saben llevar barcos, pilotar naves y alcanzar montañas. Sólo tienes que pensar en lo certeros que son con aquello que se proponen. A las pruebas me remito: nadie como ellos para fijar con inusual puntería el día de tu nacimiento.
Disfruta, sé feliz en tu vida, respeta a los demás y hazte respetar por ellos. Y, sobre todo, respira cada día como si fuera a ser el primero.
Ya me entiendes.