'China en la encrucijada. El reto de convertirse en potencia global'  fue el título elegido por el coronel José Luis Calvo Albero, director jefe de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa, para la conferencia que este martes impartía en la Universidad Católica de Ávila y en la que reflexionaba sobre el reto que el gigante chino tiene a la hora de convertirse «en potencia hegemónica».

«Ahora mismo es la  segunda potencia económica detrás de Estados Unidos y no lo es militar, pero es cuestión de tiempo», apuntaba a Diario de Ávila antes de comenzar una ponencia en la que hablaba de cómo «China en realidad no tiene experiencia de hegemonía».

A pesar de ser «una nación muy potente», China, señalaba el coronel, ha sido siempre una nación «muy aislada en sí misma». De ahí que se plantee que puede hacer en un mundo en el que, señalaba el ponente, «siempre tiene que haber líderes».

Un mundo en el que compite estratégicamente con Estados Unidos. «De momento no es confrontación, pero podría llegar a serlo en un momento dado, aunque esperemos que no», recalcaba el coronel del Ejército de Tierra, que hablaba también de qué ocurriría si China lograra ser esa potencia hegemónica. «Pero los chinos no tienen una cultura universalista. Al igual que los norteamericanos sí, que tiene sus valores democráticos y de economía liberal, que consideran valores universales, los chinos son confucianos, pero no ven necesariamente que el resto del mundo tenga que serlo. Entonces, es un poco una incógnita», argumentaba el militar sobre cómo actuaría China llegado el caso de que se convirtiera en hegemón. «China es agresivo en su entorno próximo, pero no en el entorno global.Es agresivo económicamente, pero no militarmente», decía. «Puede cambiar en el futuro, pero no la veo como una amenaza militar».

Y en ese panorama,  ¿cómo encajaría Rusia?, le preguntamos. «Rusia es un potencia, no diría menor, pero con muchas dificultades.Se ve un poco como el aliado oportunista de China frente a ese Occidente que ven, sobre todo Rusia, como una amenaza», respondía. Y hablaba también del conflicto ucraniano. «China no ha condenado la invasión rusa pero tampoco se ha alineado claramente a favor de Moscú», decía y adelantaba que el oportunismo que marca la relación de ambas naciones marcará su relación futura al finalizar la guerra.