Editorial

Debilidades y oportunidades del comercio exterior en la provincia

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Uno de los parámetros económicos que dan muestras de las características del tejido empresarial abulense es el comercio exterior. Estamos ante una provincia cuyas empresas apenas tienen vínculos comerciales con el exterior, lo que lastra en buena medida sus posibilidades de crecimiento. Periódicamente, en los informes que publica el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Ávila aparece como la provincia menos exportadora de España, con excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En el último informe, correspondiente al periodo comprendido entre enero y junio, el volumen total de las exportaciones registradas en la provincia abulense fue de 75,6 millones de euros, lo que la sitúa a muy larga distancia de la provincia que la precede, que es Zamora, donde su volumen de exportaciones se fue hasta los 163 millones de euros. No son mejores los datos de las importaciones.

El sector de la alimentación, bebidas y tabaco, uno de los principales motores que tiene en estos momentos la economía de la provincia, copó prácticamente la mitad de las exportaciones. Sin duda, la transformación industrial que ha sufrido la planta de Nissan ha sido un hándicap a la hora de engrosas estos datos, donde antaño el sector de la automoción el motor más relevante de ese comercio exterior. En cualquier caso se muestra el escaso potencial, también el poco interés, que presentan las empresas abulenses para emprender la aventura del comercio exterior. No obstante, también existen indicios de que esta situación se puede revertir. No en vano, si se comparan los datos del primer semestre de este año con los del año anterior se aprecia como se ha registrado un crecimiento del 95 por ciento en esa facturación.

Ahí es fundamental el papel que puede desempeñar el Plan Territorial de Fomento de Ávila, y fundamentalmente dos herramientas que deben empezar a carburar para empezar a dar frutos, porque tienen que favorecer a la mejora de la competitividad y a la apertura de nuevos mercados comercializadores, como son la Plataforma Logística Agroalimentaria y el Centro de Transferencia del Conocimiento. Herramientas que buscan sinergias entre las empresas, y aprovechar el camino que han emprendido algunas, que ya lo están haciendo con éxito, para que esa senda pueda ser seguida por otras.

Es fundamental esa colaboración, como también que las administraciones se impliquen en favorecer esos vínculos comerciales, ya que ellas pueden realizar una importante labor de intermediación. 

No por ser una empresa pequeña se pueden obviar las posibilidades que existen abriendo canales internacionales de comercio. No son buenos momentos por la crisis que se cierne, pero existen oportunidades y hay que aprovecharlas, porque en tiempos difíciles también se puede salir fortalecido aprovechando las potencialidades que se tienen. Pero hay que creérselo e intentarlo, y dar ese paso es lo primero que hay que hacer para después comprobar resultados.