Las declaraciones del gerente de Pronisa-Plena Inclusión realizadas en distintos medios de comunicación en relación al conflicto laboral en la empresa han «indignado a los trabajadores y las trabajadoras de la entidad afectados por la pérdida de derechos consolidados desde hace años». Es más, desde el gerente de la entidad «ha faltado a la verdad de forma deliberada, queriendo dar una imagen distorsionada del conflicto». Así, en palabras de José Blázquez, presidente del comité de  empresa de Pronisa, «las modificaciones en el calendario y en el régimen de descansos del personal que atiende la residencia, origen del último conflicto, se tomaron de forma unilateral, sin negociación alguna, en el mes de diciembre de 2019, cuando las noticias sobre el coronavirus estaban localizadas sólo en una zona remota de China» por lo que para los trabajadores recurrir a este argumento es «una manipulación y una falsedad» teniendo en cuenta que «las decisiones de la gerencia se adoptaron cuando faltaban tres meses para que se declarase el estado de alarma y se impusieran protocolos a los centros socio-sanitarios». 

También falta a la verdad la dirección de la entidad, aseguran los trabajadores, cuando dice que las decisiones se han tomado respetando el convenio colectivo, «porque éste en su artículo 9 obliga a las empresas a mantener como derechos adquiridos las condiciones más beneficiosas que viniesen disfrutando los trabajadores sobre las contenidas en ese texto». «El déficit que se producía en las ratios mínimas de atención directa en la residencia, de la que habla el gerente» es, continúa Blázquez, «una necesitad creada artificialmente por el propio gerente, que ha ido reduciendo progresivamente el número de trabajadores y trabajadoras adscritos a los servicios residenciales, trasladando a un número significativo de empleados hacia otros servicios y no sustituyendo a quienes dejaban la empresa». Es más, el presidente del comité de empresa critica que «mientras la plantilla de Pronisa no ha dejado de crecer en los últimos años, el número de trabajadores en la residencia Espíritu Santo no ha dejado de perder personal, atendiendo un número incluso superior de usuarios».

Pero lo que más indignación ha creado entre los trabajadores, asegura Blázquez, es «la imagen que ha querido transmitir» el gerente sobre el comité de empresa y los trabajadores de la entidad, «responsabilizando a éstos del fracaso de las negociaciones y de no asumir la responsabilidad para dar el mejor servicio posible a las personas con discapacidad atendidas en Pronisa, recordando en este sentido que «los trabajadores han estado dando el 200 por ciento durante lo más duro de la pandemia sin mirar horarios ni turnos ni descansos, disponibles para cuanto se les demandó por la gerencia». 

«Es radicalmente falso. Nunca ha habido intención de negociar nada por parte de la empresa. Se nos han impuesto modificaciones en nuestras condiciones laborales en los últimos años y la gerencia sólo se ha sentado a negociar cuando ya estaba fijada la fecha de la vista oral en los sucesivos procesos judiciales que el comité de empresa se ha visto obligado a plantear», asegura Blázquez antes de afirmar que «son precisamente los trabajadores de atención directa quienes se ocupan de los usuarios de los servicios, quienes velan por su cuidado, su atención, su acompañamiento e integración social y afectiva, quienes se esfuerzan porque tengan la mejor calidad de vida posible» y que por tanto «no se puede poner en duda el compromiso de quienes trabajamos por y para las personas con discapacidad». 

Así mismo, critican la negativa de la empresa de reunirse con los trabajadores afectados y sus representantes, situación que lleva a la plantilla a continuar con las movilizaciones, la próxima este mismo viernes a las 11,45 horas en la Gerencia Territorial de Servicios Sociales.