Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Cascajares

06/02/2023

Para cualquiera que conozca, aunque sea un mínimo, de los orígenes y desarrollo de esta peculiar empresa, personal tanto como familiar, las imágenes del incendio que padeció hace unos días han tenido que producirle tristeza y desasosiego. No en vano se trata de una empresa del sector alimentario, iniciada de la forma más artesanal que podamos imaginar, que ha terminado por convertirse en un referente regional de lo que se puede conseguir en todos los aspectos si se elige bien un producto, una estrategia, una imagen y un mercado, y se aplica a todo ello inteligencia, constancia y esfuerzo.

Cascajares, en efecto, tiene mucho de símbolo. Si uno pregunta al azar por esa marca, yo creo que una mayoría de ciudadanos, de estas y otras tierras, sabría asociarla con algunos de los productos que forman parte de su oferta. Empezó ésta en el mundo de las aves y, poco a poco, se ha ido extendiendo a otros ámbitos del reino animal, manteniendo el estilo, la presentación y la calidad, lo que supongo que no era nada fácil. Así que no es extraño que la demanda se haya ido extendiendo también una vez que estaba conseguida la seña de identidad.

Precisamente porque todo esto es así, tiene sentido y explicación lo que hemos podido apreciar en las reacciones al desgraciado incendio. Un torrente de solidaridad y de afecto personal y social, con innumerables manifestaciones de apoyo social e institucional. Pero más impresionante aún ha sido, creo yo, la actitud de los más directamente afectados, que son los autores del "invento Cascajares". Todos hemos podido observar esa imagen épica en la que, sobre la fachada que escondía el espacio devastado y entre la humareda que de allí se elevaba, permanecía incólume y firme el anagrama identificador, como si estuviera gritando que "esto no arde". Y si escuchamos las palabras serenas del socio más significado de la marca, lo entenderemos aún mejor. La procesión iría por dentro, y muy dolorosa tenía que ser. Pero sus expresiones eran de firme voluntad de recuperación, asumiendo de nuevo el desafío en el momento más duro de la vida de la empresa y ofreciendo ánimo.

Un grupo de empresarios, dirigentes de la Empresa familiar de Castilla y león, con los que mantengo un lazo especial de afecto y reconocimiento lo han destacado en un comunicado colectivo. Lo hago yo también a título personal. En la seguridad de que, para las próximas Navidades, ni Cascajares, ni yo, ni mis allegados, faltaremos a la cita.