La hora del regreso

B.M
-

Los vecinos de El Hoyo de Pinares pudieron volver a sus casas tras ser desalojados el lunes por el incendio. Lo hicieron con alegría y dejando por fin atrás la incertidumbre sobre qué se iban a encontrar en ese esperado momento

La hora del regreso - Foto: Ricardo Munoz Martin

Llegó el momento. Tres días y tres noches después de aquel susto que les llevó el lunes a tener que abandonar sus hogares ante la proximidad de las llamas, los vecinos de El Hoyo de Pinares pudieron volver a casa. Lo hicieron entre la alegría y el temor hacia lo que se iban a encontrar, aunque con una sensación de alivio general al ver que sus casas se mantuvieron intactas.

No eran temores en vano puesto que el fuego se quedó a 30 metros del pueblo y estos días que han pasado fuera los han vivido con mucha incertidumbre. Y esto sucedía tanto en los vecinos que se desplazaron a casas de familiares y amigos en distintos puntos y también en los que fueron realojados en Las Navas del Marqués y Robledo de Chavela. De los hoyancos que se fueron, la última información era de que había unas 180 personas albergadas en Las Navas y otro centenar en Robledo de Chavela.

En el caso del municipio navero estuvieron alojados en polideportivos y la guardería y allí fueron atendidos, con camas portátiles, los propios servicios de estos lugares y con el operativo preparado para que tuvieran la comida necesaria, incluso con la presencia de World Central Kitchen.

Destacaron lo bien atendidos que estuvieron pero ya era hora de volver a casa y la noticia se hizo pública a primera hora de la tarde, con dos autobuses para el camino, cada uno desde lo sitios de realojo, además de todos los que volvieron en sus coches particulares. La buena evolución del fuego permitía tomar esa decisión, que ya por la mañana había adelantado el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández Herrero. Aunque se decidió que se podía volver, se hizo con algunas restricciones para garantizar la seguridad. Además, el acceso a la localidad era «restringido», de forma que solo los habitantes de este municipio podrán utilizar la AV-502.

Ya por la tarde se informó a los vecinos evacuados a Las Navas del Marqués y Robledo de Chavela de que podían regresar a sus casas. El regreso, según las autoridades, era «seguro» ya que estaba «garantizada la integridad» de las personas. «No existe la más mínima duda de que se puede hacer con absoluta normalidad», añadieron.

Asimismo, se establecieron una serie de normas, dado que el incendio sigue activo, en nivel dos, con zonas quemadas en el entorno del municipio. De esta forma, se marcó como vía de acceso exclusivo para los vecinos de El Hoyo de Pinares la AV-502 desde Navalperal, para que el acceso se hiciera de «manera ordenada» y se evitara el «colapso». Además, se garantizaba así la movilidad de los equipos de emergencias.

De la misma manera, el otro tramo, que va desde Cebreros a El Hoyo de Pinares, era transitable para los vecinos del municipio con el objetivo de que fueran regresando a sus domicilios. No obstante, quienes tuvieran que salir del pueblo para atender a los animales lo tenían que hacer antes de las 21 horas y se prohibe el acceso a la zona camino Valdegarcía, donde todavía se hace fuego técnico.

El Ayuntamiento de El Hoyo de Pinares, la Guardia Civil, las agrupaciones de Protección Civil, así como los bomberos de la Diputación Provincial eran partícipes los detalles de este realojo. Además, se pide a los ciudadanos que no acudan de momento a este municipio para visitarlo. «Evitemos el desplazamiento a El Hoyo de Pinares», es el mensaje que se transmite a la población.

A pesar de la «buena» evolución del incendio, se mantuvieron seis autobombas en El Hoyo de Pinares para vigilar e intervenir si se producen reactivaciones del fuego. «Hay tarea por delante, si bien la situación ha mejorado», se indicó.

El alcalde de El Hoyo de Pinares, David Beltrán, pidió tranquilidad y moderación, así como que se cumplan las normas fijadas. Además, aconsejó a sus vecinos que estén tranquilos y permanezcan en el casco urbano, así como que colaboren en todo lo posible.

el regreso. Ya a media tarde se veía cómo en El Hoyo de Pinares la vida volvía. Atrás quedaban días en los que se había convertido en un pueblo fantasma rodeado de fuego y humo.

Eso sí, desde Diputación, además de desear un regreso tranquilo, se explicó que, tras  detectar problemas en el suministro de agua potable en los domicilios, la institución estaba distribuyendo ayer 38.000 litros de agua embotellada. 

Muchas personas de la localidad fueron volviendo en sus vehículos particulares, al igual que se habían ido. Se veía, por tanto, pequeñas caravanas de vehículos que iban llegando aunque después de eso muchos optaban por quedarse en casa. Esa casa que habían añorado en los últimos días.

Los dos grupos más grandes tenían que llegar con los autobuses desde Las Navas del Marqués y Robledo de Chavela. El primero de ellos llegó poco después de las 18,00 horas a la localidad y de él se bajaron estos vecinos, muchos de ellos mayores, con las bolsas en las que se llevaron algunos enseres personales días atrás. Algunos de ellos, con más problemas de movilidad, fueron trasladados en vehículos a sus casas.

Entre los vecinos que este jueves habían regresado a su municipio estaba Milagros que relataba la necesidad de llegar ya a su casa tras el camino en autobús. Y lo que se encontró era «muy deprimente porque era un área totalmente verde y ahora es totalmente gris».

Emiliano también acababa de llegar. A sus 83 años y en su tiempo precisamente trabajador en la lucha contra incendios, aseguraba que estaba «bien» tras unos días en los que ha estado con familiares. En este tiempo pensó si se le habría quemado la casa, siempre poniéndose en «cosas malas».

Juan contaba que había estado preocupado por sus mascotas, tres gatos y un conejo, pero los han podido «encontrar sanos y salvos a los cuatro animales» aunque «un poco destrozada la casa». El panorama que se ha encontrado es «desolador» pero «son cosas naturales y no se puede luchar contra estos elementos».

 Las personas que bajaban del autobús también se movían entre la alegría y la esperanza de volver a casa, sobre todo porque en este tiempo les habían llegado noticias confusas, por ejemplo que se había quemado la gasolinera, habían visto al alcalde llorando... pero ahora era un momento «de alegría» pero también dejaban claro que no era como volver de fiesta y habían estado preocupados por los animales, nerviosos. 

Alguno estaba más contento, como si le hubiera «tocado la lotería» porque por fin estaba en el pueblo. Pero recordaba el momento del desalojo porque «parecía que estábamos en el infierno. Se veía todo rojo, el humo». Pero se fueron y se ha hecho muy largo, sin dormir, por lo que quería regresar a su casa y durarse.

Sí que hablaban de lo «bien acogidos» que habían estado en Las Navas del Marqués. Pero, por mucho cariño que les hayan dado,  «sienta bien estar en casa».