La presión crece sobre Sánchez

EFE
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Las consecuencias del 4-M, tanto en el PSOE como en otros partidos, y la nueva etapa en la gestión del coronavirus abren nuevos conflictos para el Gobierno

La presión crece sobre Sánchez - Foto: Mariscal

El 4-M deja un panorama político muy distinto del que había antes en el cual se redobla la presión hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no solo por el revulsivo que ha supuesto para el PP la victoria de Isabel Díaz Ayuso, sino por el daño causado al PSOE.
De momento, los socialistas madrileños asumen su debacle en la Asamblea de Madrid, si bien la digestión de la derrota, que puede hacerse pesada, corresponderá ahora a una gestora. Casi sin tiempo para analizar el alcance de lo ocurrido, el líder socialista ha visto cómo la expresidenta andaluza Susana Díaz, a la que derrotó en la lucha por el poder en Ferraz de 2017, se lanza a unas primarias adelantadas en Andalucía frente al candidato promovido desde Madrid, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
En el horizonte de lo mucho que puede suceder a partir de ahora en el Partido Socialista está el congreso que celebrará en octubre en Valencia, pero esa cita queda aún muy lejos y ahora el debate interno se ceba en el papel desempeñado por Moncloa en una campaña, la madrileña, que ha acabado estrepitosamente para el PSOE.
A nivel nacional, la gestión de la pandemia entra en una nueva dimensión por varios factores: el dinero de Bruselas, la vacunación y el fin de la alarma, con las autonomías al mando. Esto último puede acarrear problemas extra al Ejecutivo central, que si bien ha previsto un mecanismo para que el Tribunal Supremo dirima sobre la legalidad de las restricciones más duras, también puede ver cómo los reproches recibidos desde las comunidades del PP, con Madrid a la cabeza, a cuenta de la cogobernanza, se multipliquen.

 

Relevo morado

Por otro lado, el Gobierno puede no estar exento de posibles turbulencias derivadas del obligado reajuste en Podemos por la marcha en dos tiempos de Pablo Iglesias: primero del Ejecutivo y luego de todos sus cargos tras el fracaso de la izquierda en los comicios madrileños, a los que concurrió como candidato.
La bicefalia de poder en la formación morada, con Ione Belarra al frente del partido y Yolanda Díaz, como miembro fuerte en el Gabinete, puede desestabilizar a un partido que desde sus inicios ha tenido un hiperliderazgo muy marcado en la figura de Iglesias. Y esa inestabilidad afectaría también a Sánchez.

 

Sin dudas

Eso sí, el presidente ya sabe que el duro golpe recibido por el PSOE en Madrid, sorpasso incluido de Más Madrid, no va a tener repercusión en el apoyo de sus socios parlamentarios, que han asegurado que no ven en peligro la gobernabilidad tras el triunfo del PP, pensando en el posible rearme de la derecha. La prueba del nueve será la posición que en su día adopten los partidos minoritarios de izquierda y nacionalistas que sujetan al Ejecutivo de coalición cuando el Parlamento tenga que legislar las medidas del plan de recuperación.
Queda por ver el nuevo papel de Ciudadanos, que ha sustentado en alguna ocasión al Gabinete de coalicción cuandos sus compañeros de viaje habituales no lo han hecho. Sin embargo, su fracaso en Madrid, donde se han quedado sin escaños, podría variar esta estrategia.

 

Camino a la Moncloa

Y si el Gobierno puede contar en principio con sus socios, lo va a tener más difícil con la oposición, que se ve reforzada con la aplastante victoria de Isabel Díaz Ayuso.  Su triunfo ha dado al PP un nuevo protagonismo, sobre todo al comprobar que el avance que Vox exhibió en las elecciones de Cataluña se ha contenido en Madrid. En este sentido, los dirigentes populares no ocultan su entusiasmo al interpretar lo sucedido en las elecciones autonómicas como un primer escalón para la reconquista del Palacio de la Moncloa.