Han pasado ya 14 años. «El tiempo pasa a una velocidad que... Hace tiempo ya».Un 27 de julio de 2008 Carlos Sastre subía a lo más alto del podio del Tour de Francia. El penúltimo español en escribir su nombre en una carrera que por aquel entonces dominaban los españoles. Antes y después del abulense el triunfo fue para Contador. A Pereiro le reconocerían 'en diferido' el triunfo de 2006 tras confirmarse el positivo de Floyd Landis. El segundo puesto de Samuel Sánchez en 2010 –inicialmente fue cuarto pero acabaron descalificados Contador y Menchov– o el tercero de Joaquím Rodríguez y Alejandro Valverde en 2013 y 2015 fue lo más cerca que estuvo el ciclismo español de volver a saborear un triunfo que la afición abulense tuvo la oportunidad de hacerlo en un 2008 en la que el corredor de El Barraco había preparado la ronda gala con minuciosidad después de su tercer puesto en 2006 o el cuarto en 2007.
Han pasado 14 años de aquella ascensión al Alpe d'Huez en la que la afición abulense 'pedaleó' junto a Carlos Sastre en una etapa que ha pasado a la historia. Allí reventó la carrera. Todo pasaba por las 21 curvas del coloso francés. Por aquella ascensión pasaba el trabajo y la ilusión de toda una vida como ciclista. Y lo hizo con 'todo' en contra, en un equipo –CSC– en el que la apuesta de su director, Bjarne Riis, eran los hermanos Andy y Frank Schleck.
Aquella jornada Sastre lo dijo desde primera hora. «Quiero ganar». Aún retumban sus palabras cuando el equipo planificaba la etapa. Y desde la primera de las curvas se lanzó a tope.Puso tierra de por medio para llegar a meta con 2'13'' sobre Valverde, Frank Schleck, Menchov y Evans. Se vestía de líder con 1'24'' sobre Schleck y 1'34'' sobre Evans, lo suficiente para sobrevivir en una última crono que se vivió con el corazón en un puño pero que le ratificó como el vencedor. Un triunfo que ya forma parte de la historia y la memoria del deporte abulense, nacional e internacional.
«Aunque han pasado 14 años lo recuerdo prácticamente todo. Son muchos días de competición, muchas vivencias, días que te salen las cosas mejor, otros que te salen peor, aunque en mi caso el resultado fue el que yo soñaba» recuerda Carlos Sastre, que reconoce que «cuando además has visto el Tour tan recientemente, te sientes identificado en muchas cosas».
Aquella edición de 2008 tuvo muchos momentos especiales. «Evidentemente aquella subida a Alpe d'Huez es la que más recuerdo y lo que más recuerda la gente, sobre todo porque no hay muchos corredores que arranquen desde abajo y hagan esa subida a tope desde que empieza» valora el abulense, que se lanzó a cumplir su sueño desde la 'curva de los holandeses', que marca el arranque de la ascensión. Pero una victoria en el Tour de Francia es mucho más que una simple ascensión. «Recuerdas muchos momentos. Tengo la suerte de poder comentar el Tour en televisión o en la radio y eso hace que sea especial. Te emocionas».Cada año, de alguna manera, vuelve a revivirlo.
Desde su triunfo y su retirada –2011– como profesional el ciclismo ha evolucionado. «Por suerte» tiene muy claro. «Era necesario y sin esa evolución nos hubiéramos quedado estancados. La épica es bonita pero la evolución es importante e imprescindible para impulsar a todo el mundo a que quiera mejorar. No sólo es una cuestión de las bicicletas, sino también de la forma de correr.Los corredores que están disputando las grandes vueltas son más jóvenes, más impulsivos, explosivos y quizás haya más ataques. A algunos les gustará más, a otros menos, como ha ocurrido en cualquier época del ciclismo.No hay ninguna época perfecta al cien por cien, pero lo que tiene el deporte es sacarnos de nuestro día a día y emocionarte cuando lo estás viendo». En su caso, hace 14 años, nos emocionó a todos.